Hasta el último Mel Gibson

Una vez más, Mel Gibson se luce como director y productor de cine en «Hacksaw Ridge» («Hasta el último hombre») al llevar a la pantalla grande una caso verídico sucedido en la Segunda Guerra Mundial. Más adelante hablaremos sobre esta película, pero ahora me gustaría contarte sobre algunos detalles de este film basados en la dirección y producción, donde se puede distinguir la capacidad actoral de Gibson volcada en la dirección, a mi entender formidable. A «El Hombre Sin Rostro» (1993), primera película donde muestra su faceta en estos dos nuevos roles en la industria, después le siguieron «Corazón Valiente» (1995), «La Pasión de Cristo» (2004), «La Familia Salvaje» (2005), «Apocalypto» (2006) y, por último, la cinta de la cual te voy hablar en esta nota.

«Hasta el último hombre» (2016) no se llevó ningún Oscar, pero es una de la películas mejor realizadas en lo que ese refiere a fotografía, a cargo de Simon Duggan, quien ejerce una diferenciación bastante notoria entre la parte inicial, las fases de entrenamiento y la del campo de batalla en sí, que tuvo lugar en Okinawa, Japón.

Si hablamos un poco más en la historia, podemos decir que está basada en el planteo de convicciones de la vida, creencias, religión, amistad, amor, odio, violencia… mezcla de sensaciones y emociones se suceden en el transcurso de este film.

En los años de cinéfila y primeros pasos en la escritura sobre cine, no abundan representaciones sobre lo cruento de la batalla con tanto realismo y precisión. No hay tiempo de descanso. No hay respiro. La inmersión en la escena es inevitable. Todo lo acontecido hasta el momento cobra sentido, magnitud y grandeza. A pesar de las duras imágenes, no hay nada gratuito ni glorioso. Es el reflejo exacto de la guerra.

En los albores de la Segunda Guerra Mundial, Desmont Doss (Andrew Garfield) conoce a una joven enfermera, Dorothy Schutte (Teresa Palmer), de quien se enamora, prometiéndose ambos una vida juntos. Pero al estallar el conflicto y al enlistarse su hermano en el ejército, decide colaborar como médico, anteponiendo una condición que impone su creencia: no tocará un arma, más allá de lo peligroso que esto sea en ese entorno.

Al enlistarse en el ejército, Doss debe superar la etapa inicial de entrenamiento, donde aparece el personaje del sargento Howell, interpretado por Vince Vaughn. La presentación de Vaughn no me convence demasiado, quizás por el tono de voz que, en un principio, no parece estar a la altura de su personaje. Pero esto se puede atribuir a este aspecto como al hecho de que Vaughn tiene personajes más relacionados a la comedia. El Sargento Hartman se encarga de amedrentar a todos los soldados mediante insultos y hasta golpes. Y en las escenas del campo de batalla, la actuación de Vaughn se pone a la altura del filme.

De Desmont Doss podemos observar en él un apasionante viaje audiovisual que removerá conciencias, sentimientos y emociones basados en la religión, violencia de su padre cuando eran chicos su hermano y él y, sobre todo, la convicción que representa, la cual por momentos te hace admirarlo.

En un rol un poco más secundario, Sam Worthington encarna al capitán Glover, y podemos decir que es algo más parecido a lo que él venía haciendo en la mayoría de sus actuaciones, ya que lo hemos visto en papeles similares en películas como «Terminator: Salvation» (McG, 2009), «Avatar» (James Cameron, 2009) o «Furia de Titanes» («Clash of the Titans», 2010). Su trabajo es más que adecuado para el personaje que retrata, un capitán del ejército que lleva en su espalda haber participado en la Primera Guerra. Por otro lado, Hugo Weaving representa a Tom Doss, el padre de Desmond, un alcohólico excombatiente de la Primera Guerra, sobre quien este acontecimiento histórico ha moldeado su personalidad. De Weaving se puede hablar de su excelente nivel de actuación, y Dorothy Schutte (la novia de Desmond Doss) es interpretada por la australiana Teresa Palmer, quien también demuestra un gran nivel de trabajo, siendo este quizás su primer trabajo importante luego de haber interpretado «Soy el número Cuatro» («I am Number Four», D.J.Caruso, 2011) y «Point Break: Sin Límites» («Point Break», Ericson Core, 2015).

Por lo tanto, la conclusión es que Mel Gibson puede hacernos conmover con una película propagandística del ejército norteamericano, mostrando las bondades de la guerra y a sus héroes como hombres comunes. De alguna manera, nos está diciendo «enlístate, el próximo héroe podés ser vos». Lejos de creer en el mensaje implícito de la película, el hecho de lograr estremecer a cualquier espectador indica que con «Hasta el último hombre» Gibson redondea una obra de arte.