
El nacimiento del primer hijo constituye un pasaje a un nuevo periodo evolutivo familiar, la pareja se constituye como familia y se modifica la relación entre sus miembros. Aparecen el rol de madre y padre que deben diferenciarse para enfrentar los requerimientos del niño.
Una vez atravesada la crisis por la llegada de este primer niño y estabilizada la familia como tal, llega un segundo hijo y después, quizás, otros niños mas. Es en ese momento en el que la familia debe atravesar una nueva crisis, diferente de las anteriores, para volver a adaptarse al nuevo integrante del hogar.

Como papás nos surgen miles de preguntas con respuestas que llegarán solas con el pasar del tiempo y el nuevo acomodamiento a la situación pero, ¿qué le sucede al niño cuando llega un nuevo hermanito?
La llegada de un hermano puede traer inseguridad y ansiedad en los otros hijos de la pareja porque pueden sentirse desplazados por el nuevo bebé o puede sentir que ya no tiene el amor de los padres como antes. Los papás tenemos que ayudar a los otros hijos a que esto no suceda, integrándolos durante el embarazo y presentando al bebé como un nuevo integrante, que no irrumpa caóticamente en la dinámica familiar sino que se sume de forma armoniosa.
¿Qué hacemos para ayudar a los hermanos a comprender esta nueva llegada?
Durante el embarazo

Una vez nacido el bebé
Intentar que el primer contacto del niño con su hermano sea lo más privado posible, es decir, que preferentemente solo esté la familia dentro del lugar para que, el o los hermanos mayores, no se sientan observados y puedan establecer un vínculo con ese nuevo integrante. No hay que modificarle las rutinas a los otros niños por la llegada del bebé: si iban al colegio que lo sigan haciendo o si tenían horarios determinados, etc. Pedirle ayuda y hacerlo partícipe del cuidado del bebé y, depende la edad del niño, se le pueda pedir que le cambie el pañal, que le ponga el chupete, que le cante una canción.

No es recomendable que el chico, mientras atraviesa la llegada de un nuevo integrante, pase por situaciones como dejar el chupete, los pañales, la cuna u otro evento importante, dado que es un cambio muy significativo en su vida y tiene que poner todo de sí para adaptarse a la situación.
Los papás podemos ayudarnos pensando en nuestra propia niñez, en la llegada de nuestros hermanos o en los vínculos que tuvimos con ellos si éramos el menor. Y siempre hay que tratar de estar juntos en pareja, apoyándose mutuamente y apoyando a los hijos a enfrentar una nueva crisis para salir fortalecidos y crecer como familia.
Excelente artículo! me encantó, seguro tomaré en cuenta estos datos a la hora de encargar a mi 2º hijo! 😉