Las vueltas de la fragata

Detenida a causa de un embargo por los llamados fondos buitres que reclaman el pago de deudas, el buque escuela de nuestra armada, tras el fallo del Tribunal del Mar el día 15 de diciembre, partió del país africano cuatro días más tarde y llegó al puerto de Mar del Plata el 9 de enero.
La ocasión sirvió para un festejo con fuerte tinte político por parte del kirchnerismo. Entre los mandatarios provinciales presentes se encontraban José Alperovich (Tucumán), Maurice Closs (Misiones), Juan Manuel Urtubey (Salta), Sergio Urribarri (Entre Ríos), José Luis Gioja (San Juan) y Gildo Insfrán (Formosa). Del gabinete cristinista hicieron su aparición Juan Manuel Abal Medina, el ministro de Defensa Arturo Puricelli, el canciller Héctor Timerman, el ministro del Interior Florencio Randazzo, la de Industria Débora Giorgi, el de Planificación Federal Julio de Vido, el de trabajo Carlos Tomada y el de Ciencia y Tecnología Lino Barañao. También estaba presente en la ciudad que lo vio crecer, el vicepresidente Amado Boudou.

Foto: Télam.

Con militantes de diversas agrupaciones que respaldan al gobierno como «La Cámpora», «Kolina», «Miles» de Luis D’Elía, «Movimiento Evita» agrupados en «Unidos y Organizados» y «Negros de mierda», portaban banderas con leyendas tales como «Cristina Coraje», «Bienvenida Fragata», «Néstor vive» y se situaron en la zona portuaria de la ciudad balnearia. Entre los dirigentes políticos podíamos ver a Luis D’Elía, Emilio Pérsico; la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el titular de la AFSCA, Martín Sabbatella; los diputados Julián Domínguez, Diana Conti y José Díaz Bancalari; la senadora Beatriz Rojkés y el secretario general de la Presidencia Oscar Parrilli, entre otros.
Ante esos militantes, la presidente Cristina Fernández de Kirchner dio un discurso en el que celebró el regreso de la nave y criticó fuertemente a quienes cuestionaron el hecho de que la fragata fuera retenida. “Que nos entregáramos, que le pagáramos a los fondos buitre lo que no tienen derecho… allá había buitres y acá caranchos que graznaban, pero no escuchamos a ninguno, sino al pueblo” expresó la mandataria.
Foto: Télam.

En referencia a uno de los temas que el gobierno considera como prioritario y emblemático de su gestión, Cristina inició su mensaje con una mención a los derechos humanos: “Señores y señoras oficiales de la Fragata Libertad ¡Bienvenidos a la patria! Están presenciando lo que tal vez simbolice la defensa irrestricta de los derechos de la Argentina y el respeto de su soberanía”.
A las 18 horas el buque amarró en el puerto marplatense, atrás había quedado la odisea de estar retenida en un puerto extranjero y la travesía iniciada el 2 de junio de 2012 cuando inició su 43° viaje de instrucción de los oficiales de la Armada, con 325 tripulantes a bordo. Claro que nadie se imaginó que no sería un clásico viaje de capacitación.
En su llegada a a territorio nacional, la fragata Libertad fue escoltada por el buque Guerrico y el submarino San Juan, mientras en el cielo aviones a chorro dejaban una estela de humo azul y blanco.
Foto: Télam.

Pero para los marineros no terminó allí la espera y el tiempo de reunirse con los familiares que los esperaban. Tuvieron que permanecer en el buque hasta que finalizara el discurso presidencial, por lo que algunos de los familiares demostraron su malestar.
Decíamos que el acto contó solo con presencia de funcionarios del gobierno y de dirigentes del oficialismo o aliados. Y esa es una de las primeras cuestiones o puntos que no son claros. ¿La oposición no estuvo por decisión propia como dice el oficialismo o no fue invitada como argumentó? La propia diputada nacional y presidente de Unión por Todos, Patricia Bullrich, en su cuenta de Twitter confirmó luego de reclamar que «solo oficialistas» estaban presentes, que fueron invitados pero desistieron de ir. No es un tema para dejar de lado, ya que la fragata es un símbolo del país y en estas cuestiones no hay que ser partidistas. Como hace tiempo en nuestro país, somos víctimas de demasiados discursos, declaraciones que no logran resolver los problemas y que nos tienen como exclusivos espectadores sin posibilidad de acción.
La oposición se hizo oír con la llegada de la fragata. Si bien celebraron el regreso de la misma, criticaron lo que llamaron el cambio de discurso kirchnerista y el hecho de que haya ocurrido el embargo. Por ejemplo, el socialista Hermes Binner cuestionó “una característica muy grande de este gobierno, que es que los errores los convierte en hechos épicos. Estamos acostumbrados a ello”. Mauricio Macri dijo que si bien estaba contento por el regreso, señaló que era necesario un replanteamiento frente al tema de los acreedores. El líder de Proyecto Sur, Pino Solanas, atacó el acto al considerarlo “militante” y que es “algo más de la impostura en la que viene trabajando el Gobierno nacional”. Respecto a la actitud del gobierno, es interesante recordar que la propia Presidente había manifestado en un discurso, mientras se discutía el curso de acción más adecuado, que se podían quedar con la fragata pero no con la dignidad ni la soberanía del país. Y acá es donde la oposición ataca, el cambio de discurso o de argumento para convertir algo que fue un error o un mal cálculo en una victoria para el gobierno. Es claro que nadie asumiría con orgullo una derrota, pero algo muy distinto es tergiversar un dicho o  pretender haber dicho o hecho algo que no fue.
Foto: Télam.

Otro tema en cuestión es el por qué de ese viaje o, más precisamente, la elección de ese país como escala, ante la posibilidad de que pudiera suceder lo que finalmente ocurrió. Recordemos que la corbeta Espora estuvo cerca de correr una suerte parecida en Sudáfrica. No hubo información cierta de quién autorizó la ruta ni los lugares donde hacer escala, hubo acusaciones cruzadas entre funcionarios de los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores con personal jerárquico de la Armada. Otra vez un juego de palabras que a nada conduce ni nada soluciona.
La simbología de la fragata
La fabricación de la fragata se inició en diciembre de 1953. Entre 1954 y 1955 se produjeron variaciones en el proyecto original y la configuración de la nave. Por decreto Nº 7.922, del 27 de abril de 1956, durante la llamada “Revolución Libertadora”, se le impuso el nombre Libertad. En 1963, tras ser terminada en los Astilleros Río Santiago se le hizo la entrega oficial a la Armada del la ARA Libertad (Q-2), que relevó de su tarea al crucero ARA La Argentina y a la legendaria fragata ARA Presidente Sarmiento.
Desde su viaje inaugural, en 1963, la Fragata Libertad realizó 40 viajes. Ha navegado 720.000 millas náuticas, lo que equivale a dar la vuelta al globo 33 veces, y su permanencia fuera del Apostadero es equivalente a 16 años en el mar, por lo que visitó en todo este tiempo más de 500 puertos y 60 países.
En cada viaje de instrucción son invitados oficiales de armadas de otras naciones, del Ejercito Argentino, de la Fuerza Aérea y de la Prefectura Naval. Además, estudiantes universitarios y ciudadanos de diversos lugares han surcado en ella los océanos, donde vivieron experiencias inolvidables y conocieron la vida en el mar.
Principalmente, la fragata ha sido un buque escuela. Miles de guardiamarinas y suboficiales han aprendido las artes del mar y de la navegación en sus cubiertas y en sus aulas. Cada viaje de instrucción es un genuino ciclo académico, que nutre de experiencia y conocimiento a los futuros capitanes y tripulantes de los diversos buques de la Armada Argentina. La finalidad de los viajes de instrucción es que los futuros marinos conozcan las culturas de otros países.
Foto: Télam.

“Soy como me ven, no miento, no engaño, me interesa la patria, defiendo la bandera, quiero que la memoria de mi compañero quede bien en alto y por eso voy a seguir luchando siempre, por la grandeza de la Nación y por los argentinos. ¡Viva la patria! ¡Viva la patria! ¡Viva la patria!», finalizó de esta manera el discurso presidencial para dar lugar a los fuegos artificiales y a que, finalmente, se produjera el ansiado reencuentro de marineros y familiares.