Colombia ha vivido uno de los conflictos más largos, intensos y tristes que hayamos conocido en el continente. Tres generaciones completas han convivido con los asesinatos, las masacres, las violaciones de los derechos humanos, los secuestros, los crímenes de lesa humanidad y las desapariciones. Las cicatrices en la ciudadanía aún sangran y el pueblo no perdona ni olvida. Son millones las víctimas que ha dejado esta absurda guerra.
Del monte al aula
52 exguerrilleros hoy presumen su título de bachiller, pues después de una vida difícil volvieron a empezar y lograron estudiar. Cambiar las armas por libros, dejar atrás un pasado que los condenaba a matar o morir, y comenzar una vida nueva. Esto motivó a este medio centenar de personas a tomarse como arma la educación para poder reinsertarse a la vida civil y nunca más volver al ojo del huracán donde, por años, vivieron sumergidos.
En el bachillerato INEM de Popayán lucieron su toga y birrete y le dijeron adiós a las armas. Varios colegios en Popayán se unieron al proceso y le dieron la oportunidad de estudiar. No tener dinero o ser analfabeta no fueron impedimentos para ingresar a la institución. Así como tampoco las criticas que desde la sociedad se desataban cuando en 2016 se gestaba en el vientre de la selva la posibilidad de salir de la guerra y volver a la paz. Los colombianos aprendimos que con las armas no hay garantías y los exmilicianos cambiaron empuñar un lápiz en lugar de un fusil.
La paz en cifras
Las Farc contaban con 11.816 integrantes entre combatientes, militantes presos y milicianos (colaboradores no siempre armados). Casi 7.000 guerreros dejaron 8.994 fusiles en manos de la ONU. «Se entregaron 1,3 armas por desmovilizado», resalta Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación. Y compara el éxito del proceso con las 18.000 armas que dejaron los 30.000 paramilitares desmovilizados en 2006 (0,6 por cabeza).
De todas las consecuencias del conflicto, la más impactante en cifras es la del desplazamiento: 7,4 millones de víctimas en cinco décadas, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur). En 2012 había 233.874 desplazados al año y hoy son 48.335, una reducción del 79%, según la Unidad para las victimas.