Llega otra edición del Festival de Cine Francés

A partir del próximo 21 de marzo y hasta el 27 del corriente, y por segundo año consecutivo, se desarrollará una nueva edición del Festival de Cine Francés. El evento, organizado por el Institut Francais d’Argentina, se desarrollará en el Cinépolis de Recoleta y se compondrá de 13 filmes, 11 de los cuales tienen estreno asegurado en nuestro país.

Aquí comparto la reseña sobre 5 de ellos.

«El Libro de las Soluciones» de Michel Gondry, una especie de auto homenaje paródico sobre la dificultad de filmar cine independiente.

Esta propuesta desnuda el esquema “cine dentro del cine” y se erige como una comedia llena de gags y enredos que son sorteados más que eficazmente por el actor Pierre Niney. Por allí asoma la talentosa Francoise Lebrun («La Mamá y la Puta») en el rol de la tía del protagonista, regalando su comprensión y ternura.

Otra propuesta de la misma sección es «La Bestia» («Amor sin Tiempo», su título en castellano) de Bertrand Bonello, y se presenta luego de su desembarco en la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Venecia.

Este opus se centra en la historia de Gabrielle y su búsqueda del amor a lo largo de distintas épocas. Para ello debe purificar su ADN desde una tina bañada de negro.

La conjunción de géneros en Bonello es notable: melodrama, película de terror, ciencia ficción y todas las múltiples alternativas creativas que este universo fusionado ofrece.

Su protagonista, Léa Seydoux, ofrece su variedad de recursos interpretativos en las distintas heroínas que le toca componer.

La mirada de este eficaz realizador es compleja y logra amalgamar un multiverso creativo que se agradece, en el que las pulsiones del deseo y de la violencia se debaten en una pulseada en la que, tal vez, la bestia interna que todos llevamos intente salir de su caparazón.

Un tanto previsible y convencional resulta «Les Cyclades» (en alusión a las islas griegas situadas al sur del Mar Egeo) de Marc Fitoussi, cuyo título en castellano será «Un Viaje Soñado» que enmarca el reencuentro de dos amigas luego de treinta años con características de personalidad totalmente contrapuestas y para nada empáticas, que no logran congeniar en absoluto durante su estadía forzada en Grecia, destino elegido como lugar de descanso por una de ellas, al que se suma la segunda por renuncia a participar de tal travesía por parte del hijo de la primera.

Dada que la falta de empatía entre estos dos personajes es evidente, nada de lo que ocurre entre ellos será gracioso ni divertido, careciendo el guion de toda lógica y sentido a la hora de describir las situaciones que plantea. El twist final, necesario en este tipo de recetas, deviene antojadizo, sin fundamento y estereotipado.

Una lograda muestra del cine de género resulta «Vermin-La Plaga» («Vermines», su título original) de Sebastien Vanicek, que describe la invasión de arácnidos en un edificio de poca monta con gran solvencia y ritmo narrativo. El film se alzó con el premio especial del público en Sitges.

Hay un interesante paralelismo entre estos bichos nefastos a los que la policía debe exterminar y estos árabes marginales que pueblan el edificio infectado.

El horror en su expresión más aguda es tratado con magistrales efectos especiales centrados en arácnidos aumentados que invaden paredes y cuerpos.

Vanicek desarrolla con este film su ópera prima, abriendo una gran expectativa sobre próximas incursiones en el género.

Finalmente, ganadora de 5 Premios César este año (fotografía, vestuario, banda musical, sonido y efectos especiales), «El Reino Animal», dirigido por Thomas Cailley (invitado especial al evento), nos expone una historia que cruza mutaciones entre humanos y animales, con un soberbio Romain Duris a quien acompaña el joven actor Paul Kircher (que interviene en una segunda película de esta muestra que es «Le Lycéen»).

El film combina un mix de géneros, involucrando el coming of age, el drama familiar, la ciencia ficción, el cine fantástico, el drama social, con efectos visuales de excelencia y una fotografía encomiable.

El interesante tinte social que se permite este realizador supone una evolución desde lo aterrorizante y abominable de una criatura mutada hacia lo rechazante y despectivo. «El Reino Animal» describe con sensibilidad elocuente un proceso de transición de humano a mutante apostando por la aceptación.