Lo que no te contaron

No es un secreto que emigrar es un proceso sumamente demandante, en el cual son muchos los detalles a considerar desde lo práctico: vemos videos, investigamos, escuchamos las historias de quienes ya lo hicieron y hacemos mil y un planes y presupuestos buscando siempre los mejores precios y ofertas.

Meses y meses de planeamiento que te dejan con una larga lista de tareas de las cuales debés hacerte cargo para establecerte en esa tierra prometida y hacer realidad esa maleta cargada de sueños y esperanzas, pero hay un peligro del que muy pocos te hablan, quizás por miedo a desanimarte o por el tabú que rodea a la salud mental en muchas culturas.

El Síndrome de Ulises o Síndrome del Inmigrante es una condición que muchos padecen en silencio y que representa un riesgo real para quienes se enfrentan a esta difícil situación, pues si bien emigrar es un proceso lleno de nuevos paradigmas y oportunidades, resulta peligroso ignorar el efecto que pueda tener en cada individuo.

Este síndrome reúne una gran cantidad de síntomas físicos tanto como psicológicos, pues la mente y el cuerpo se ven sometidos a un nivel de estrés con el que no se cuenta con preparación.

Durante la migración, las personas atraviesan varios procesos de duelo, según lo expuesto por el profesor Joseba Achotegui: la familia y seres queridos, el idioma, la cultura, el estatus social, el contacto con el grupo de pertenencia y los riesgos en la integridad física.

Es por ello que factores como la soledad, el fracaso del proyecto o no cumplir con las expectativas, la lucha diaria por la supervivencia y el miedo a los peligros físicos agravan estos procesos de duelo y representan una carga en muchos casos excesiva al individuo con síntomas que van desde el insomnio hasta la fatiga crónica, y el Síndrome de Ulises es una de las enfermedades más frecuentes que azota a la población migrante.

En medio de un contexto histórico donde la incertidumbre y el temor sirven como catalizadores para todo tipo de enfermedades, es de suma importancia tomar conciencia de este padecimiento que en contextos normales es peligroso, pero en la actualidad puede ser una amenaza a la salud y la vida de los millones de inmigrantes alrededor del mundo.

Artículo elaborado especialmente para puntocero por María Auxiliadora Marín y Jhon Rincón Rodríguez.