Nuevas restricciones, vieja normalidad

Argentina se encuentra en estos momentos en la segunda ola de coronavirus, al mismo tiempo que en Europa, por ejemplo, se habla del tránsito de una cuarta.

Las medidas tomadas por el Gobierno Nacional no alcanzaron para revertir la llegada de cepas y la irresponsabilidad social generalizada en los cuidados básicos permitieron que las cifras diarias en nuestro país alcancen sus máximos números en lo que va de pandemia. Esta semana se superaron los 27.000 casos positivos de COVID-19 en una sola jornada (con un total de 58.174 pérdidas de vidas humanas), lo que despertó alertas gubernamentales e impulsó reuniones de cara a nuevas restricciones. Además, y no es un dato nada menor, desde diversos establecimientos sanitarios públicos tanto como privados alertaron sobre el colapso en el sistema de salud y la ocupación casi total de las camas, las Unidades de Terapia Intensivas (UTI).

Por estos motivos, analizamos la circulación durante el mes de marzo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y dos de las principales ciudades de Argentina: Córdoba y Rosario (ambas con más del 90% en comparativa con las mediciones anteriores al Aislamiento Social Preventivo Obligatorio -ASPO-).

De esta manera, según un informe de Scopesi (compañía de servicios de auditoría y planificación), los niveles de movilidad en estas regiones se ubicaron en los de la pre pandemia, similares a los del mismo periodo del año anterior. Precisamente, en los barrios de Boedo, Caballito, Flores, Floresta, Liniers, Palermo y Villa Luro (en la Ciudad de Buenos Aires) se superaron los valores previos a la situación que atraviesa el mundo entero en 50%. Por el contrario, tres son las zonas que redujeron el movimiento: Costanera Norte, Microcentro y Tribunales.

Asimismo, en CABA los puntos con mayor circulación se ubican en Avenida Rivadavia y General Paz, General Paz y Cabildo, 9 de Julio y Corrientes, Acceso Oeste y General Paz, y Rivadavia y Pueyrredón.

Por otra parte, en la provincia de Buenos Aires se detectó circulación plena, incluso con un aumento en Ezeiza, Ituzaingó, Lanús, Lomas de Zamora, Morón, Pilar, Ramos Mejía, San Isidro, San Justo y Tigre.

En cuanto al estudio, la diferencia más notoria en los niveles de circulación está en la reconfiguración de zonas de tránsito vehicular y peatonal. “Si bien aún no contamos con datos concretos que validen esta hipótesis, es muy probable que este fenómeno esté dado por el cambio de hábito de los ciudadanos en cuanto a su movilidad hacia el trabajo o zonas de estudio. Quienes antes se movilizaban diariamente a oficinas o universidades en las zonas centro de la Ciudad de Buenos Aires, hoy circulan mayormente y con mayor frecuencia en su zona de residencia y centros comerciales urbanos. Por eso vemos un incremento de los valores de movilidad en zonas residenciales y comerciales, a la vez que disminuyen las zonas pura y exclusivamente de oficinas”, detalló Verónica Guaquinsoy, coordinadora del área de investigación de Scopesi.