Presupuesto vacío

Este domingo a las 21 horas, el presidente Javier Milei presentó un esbozo de Presupuesto 2025 sin relevamientos, investigación para implementar políticas públicas concretas, y con la clara intención de profundizar la crisis económica y social a costa de sostener el déficit cero.

Con un rotundo gesto de dar la espalda al pronunciamiento oficialista por parte de la ciudadanía y partidos políticos (Unión por la Patria envió al Senado solo a quienes integran la Comisión de Presupuesto, Encuentro Federal a 4 representantes y el Frente de Izquierda no asistió), sin marchas ni organizaciones presentes en las afueras del Congreso y una caída abrupta del rating televisivo (que pasó de 17,4 puntos a 3,8 en el momento en que comenzó la ponencia), el mandatario -presentado como doctor cuando no lo es- repitió sus máximas habituales contra la justicia social, afirmaciones carentes de sustento teórico tanto como empírico (la inflación no es un fenómeno exclusivamente monetario, por ejemplo, y la herencia fiscal no fue de 15% del Producto Bruto Interno sino de 2,9%), citó erróneamente a Marco Tulio Cicerón sobre el Imperio Romano (la frase no se le atribuye y tampoco existe texto alguno que ponga en duda la autoría) y puso como países referentes en la reducción de la participación del Estado a Alemania, Francia e Italia, naciones que tienen un gasto público entre 48% y 57%. El 2025 proyecta a nuestro país con 16,5%, según la exposición del libertario, lo que tendrá como consecuencia más achicamiento del Estado y continuar con los despidos en la órbita.

«Este es un presupuesto que va a cambiar para siempre la historia de nuestro país. Después de años en los que la clase política puso cepos a las libertades individuales, nosotros venimos a ponerle un cepo al Estado», comenzó su discurso Milei, y adelantó: «Vetaremos todos los proyectos que atenten contra el déficit fiscal». La respuesta en una expresión amenazadora contra los presentes fue de aplausos y cánticos contra la casta, la misma que, según el propio Milei, ellos representan. «La compulsión por el gasto que tienen los políticos es la responsable de todas las crisis argentinas», les retrucó en sus propios rostros.

Además, el Gobierno Nacional augura para el periodo entrante un crecimiento de 5% del PBI con un dólar a 1,207 pesos y una inflación anual total de 18,3%. La fórmula de Milei para alcanzar estos objetivos es incrementar la presión fiscal, sobre todo en monotributistas (no así para el sector más privilegiado, al que se proyectan nuevos alivios impositivos). Asimismo, se manifestó en el Congreso a las gobernaciones provinciales: «Esta guerra que llevamos adelante contra el gasto público y el costo argentino, se pelea en todas las dimensiones del Estado, también las jurisdicciones provinciales y municipales. Por eso, a los gobernadores les digo: cumplir el compromiso de bajar el gasto público consolidado a 25 puntos del PBI requiere que las provincias en su conjunto, hagan un ajuste adicional de 60.000 millones de dólares». Esto se traduce en más ajuste en cada uno de los territorios regionales, independientemente del partido político que gestione.

Finalmente, concluyó que «esos son los dos caminos. Sepan ustedes, miembros de este Honorable Congreso, que la decisión de qué lado de la historia quieren permanecer es suya. Luego será la ciudadanía quien los coloque en la avenida de los justos, o en la esquina de los mezquinos que apostaron contra el país y su gente. Confío en que este Honorable Congreso Nacional debatirá el proyecto de Presupuesto Nacional con la responsabilidad y seriedad que nuestra situación actual requiere».