Producción con características propias

En el mundo de la música rock o pop se suele decir que hay productores que todo lo que tocan lo convierten en oro y son productores que, en lugar de poner en el centro a la banda, hacen notar su mano o su característica. Algunos pueden hacer notar su trabajo sin meterse en el sonido de la banda y trabajando en pos de la misma. Tendrá que ver con alguna cuestión referida al ego, a ser más extrovertido y demás, pero no estamos acá para analizar a una persona o ponernos en «modo psicológico» sino para hablar de música y, precisamente, de uno de los productores a los que se le tendría que dar aún más reconocimiento y que tiene que ver con un tipo importantísimo en el hard rock. Aún así, ubicarlo solo dentro de este sería injusto, porque lo fue también para el pop y otros géneros.

El productor es Robert Mutt Lange, nacido el 16 de noviembre de 1948 en Rhodesia del Norte y criado en Durban, Sudáfrica. Luego de hacer el servicio militar se fue a vivir a Inglaterra, donde pasó por algunas bandas como Hocus y terminó por acercarse a los estudios de grabación.

Para hablar concretamente de lo que hizo como productor, podemos empezar por «Highway To Hell» de AC/DC, cuando la banda australiana lanzó un disco que los llevó a jugar «las grandes ligas» e ingresar al mercado de Estados Unidos. El primer punto de partida para hacer la placa fue dirigirse a los históricos estudios Criteria de Miami que, en esa época, disfrutaban de un gran momento, porque The Bee Gees habían encontrado ahí su lugar en el mundo, donde descubrieron el famoso falsete y se renovaron como banda de música disco. Allí fueron junto al productor como Eddie Krammer, que había sido la mano derecha de Jimi Hendrix y que actualmente decide qué se publica y qué no de Hendrix, porque el es propietario de sus cintas. Aún así, con la adoración que tenían los australianos por Jimi, no lograron llegar a buen puerto y la grabación estuvo a punto de cancelarse por la relación entre banda y productor.

En ese momento, al querer cambiar de producción, fue cuando apareció el manager de la banda y recomendó a un jovencísimo Robert Mutt Lange, que acababa de producir un N°1 en Inglaterra como «Rat Trap» de una banda llamada The Boomtown Rats, que lideraba Bob Geldof (luego protagonista de «The Wall» de Pink Floyd en 1982 y en 1985 el emprendedor y organizador del festival Live Aid, que se llevó a cabo de manera simultánea en Inglaterra tanto como en Estados Unidos y se trasmitió vía satélite para todo el mundo). Con esa referencia, AC/DC se puso a trabajar con Lange en Londres y se convirtió en un viaje de ida para encontrar su identidad como banda, porque el hecho de que Mutt Lange fuera músico más allá de productor facilitó las cosas, ya que le enseñó a Bon Scott cómo respirar para cantar y llegar a tonos más altos, además de participar en coros y afianzar ese elemento tan característico en AC/DC: los coros más envolventes de Malcolm Young y Cliff Williams. Lo que logró Mutt Lange fue pulir y purificar esa distorsión valvular que tenia la banda anteriormente. Su trabajo y deseo eran acercar el sonido de AC/DC a una vieja famosa banda de hard rock llamada Free, de la cual era cantante Paul Rodgers, quien luego formó Bad Company.

Con esa banda había trabajado el ingeniero Tony Platt, quien comenzó como cadete en Island Records, la discográfica que recibió a Bob Marley en 1973 para «Catch a Fire», justamente con Platt. Tony actualmente se encuentra en Italia pero, en un viaje a Inglaterra, un amigo le dijo que tenía a otro amigo llamado Robert Mutt Lange trabajando con AC/DC y que, justamente, quería hacer sonar a la banda como Free, con el que él había trabajado y podía aportar algún condimento. Tony fue a los estudios y se encontró con el deseo de Mutt Lange por querer que todo suene con ambiente. El problema es que ya estaba grabado y no se podía hacer otra cosa que mezclar. De todas formas, pidió que grabara en una cinta aparte el sonido ambiente y en otra el de la banda. Tony Platt era un fuera de serie y lo pudo hacer, el disco terminó por ser un éxito y Mutt Lange y Tony Platt terminaron haciéndose amigos y una dupla de producción fructífera. El 19 de febrero de 1980, mientras ambos trabajaban en el estudio con la banda Broken Home, sonó el teléfono y les anunciaron la sorpresiva muerte de Bon Scott, con la cual quedaron consternados. Antes de la muerte de Scott ya estaban en pleno desarrollo del siguiente disco.

Mutt Lange vio todo lo que Tony Platt sugirió en el disco anterior le pidió que se involucre desde el primer momento. El lugar donde se produjo fue Compass Point Studios en Bahamas, propiedad que le pertenecía a Island Records, y el disco sería «Back In Black», con nuevo cantante: Brian Johnson. Fue tan meticuloso el trabajo de Platt como ingeniero que el primer día tomó el redoblante de la batería con un palillo y lo tocó alrededor de toda la sala para ver dónde sonaba con más eco, hasta que descubrió dónde sonaba con mejor acústica, un espacio en el que había un «hueco». La dupla no solo realizó el disco que consagró a AC/DC, también es el álbum de rock más vendido de la historia. De ahí en más, las puertas de la gloria y de un estilo en particular se abrieron por completo.

Luego llegaron las ofertas: primero en Foreigner, convocados para producir el cuarto disco de la banda. grabado en Electric Lady Studios de Jimi Hendrix en New York, el espacio donde Charly García realizó «Clics Modernos» en 1983. Mutt Lange, por su lado, un mes antes de que terminara la grabación con Foreigner se puso a trabajar en Battery Studios en Londres con Def Leppard, otra banda a la cual renovó y selló una relación exitosa con la producción de su disco «High and Dry». Un mes antes de terminar con Def Leppard, una vez más volvió a AC/DC para enfrentarse a una de las tareas más difíciles: sacar un disco después de «Back In Black», con la presión que conlleva. Esa que genera inseguridad, tensiones y obsesiones. Fue el caso de «For Those About To Rock (We Salute You)», que hizo que la relación junto a Mutt Lange llegara a su fin y se cierre esa trilogía exitosa y pulida que empezaron en «Highway To Hell».

Posterior a esa experiencia, puso en foco en los Estados Unidos a Def Leppard con su disco «Pyromania», en el que el heavy metal inglés fuera de chicos bonitos en MTV. Llegaron los 80′, llegó la efervescencia, la sofisticación y el llamado de Boston para, justamente, llevar su sonido a The Cars con su disco «Heartbreak City».

Pero eso no fue todo. Produjo y escribió canciones en la obra más grande de Def Leppard y de la historia del hard rock, «Hysteria», con la que tocaron el cielo con las manos. En los 90′ se volvió apegado a los hits, al dinero y al pop. Compuso canciones como «Everything I Do» para Bryan Adams de la película de «Robin Hood», protagonizada por Kevin Costner, y no fue su única intervención en el cine, ya que dos años después, en 1993, compuso junto a Michael Kamen y a Bryan Adams «All For Love» para «Los Tres Mosqueteros» de Disney, junto a las voces de Sting y Rod Stewart.

Cuando dije que en los 90′ se asoció más con cierto negocio o plasticidades del pop que de la calidad, me refería a composiciones para Backstreet Boys («Backstreet Back» de 1997, donde se encargó de la producción y de la composición del tema «Bad Boy», o «It’s gotta be You» para el álbum «Millenium»). Como si eso fuera poco, estuvo a cargo de uno de los temas del disco de Britney Spears «Oops I did it Again», «Don’t let me be the last to know», y también para el disco «Born This Way» de Lady Gaga. En 2011 coqueteó con el rock con la enorme producción que hizo para el disco «Hands All Over» de Maroon 5, con el hit «Moves Like Jagger», y en 2015 «Drones» de Muse.