Este viernes en el Noticero conversamos con Maximiliano Martínez, trabajador del Hospital Laura Bonaparte, sobre los despidos de la mitad del personal de la institución y la posibilidad de cierre definitivo del establecimiento más importante dedicado a la salud mental.
«Efectivamente, hace 48 horas que llegaron alrededor de 200 notificaciones de despidos, de cese de la continuidad laboral, a trabajadores del Bonaparte que, para que la gente tome un poco de dimensión, estamos hablando de la mitad del personal, porque son 200 despidos ahora más 60 que hubo a mitad del año pasado, más los profesionales que se fueron yendo por los bajísimos sueldos que tenemos acá adentro», comienza Martínez. «Contabilizamos alrededor de 320 personas que se fueron del hospital en el último año y que con este ‘hachazo’ que acaban de pegar hay servicios enteros que quedaron vacíos, la guardia no tiene psiquiatras, no tiene psicólogos, no hay personal que sea capaz de atender, entonces, la guardia hoy en día permanece cerrada, únicamente recibiendo algunos pacientes que pueden seguir su continuidad con sus profesionales tratantes, con los que pudieron quedar acá, o sea, con los que siguen trabajando, porque realmente hay muchos tratamientos, muchos pacientes que no pueden seguir atendiéndose. La guardia también está pasando algo similar con el servicio de niñez, de hecho, echaron a la única odontóloga especializada en pediatría, entonces hay servicios que este hospital ya no puede dar más atención a la demanda, espontánea. Durante el turno tarde no quedó nadie, no quedó ningún profesional, pero esto porque hicieron un corte, despiden sin ningún tipo de criterio clínico médico científico sino puramente político, despidieron a toda la gente que contrató el gobierno anterior sin importar si son profesionales, y eso es necesario para el funcionamiento del hospital», detalla.
Además, «nosotros lo entendemos como una clara continuidad del intento de cierre que empezó el 4 de octubre y que con esto el hospital está virtualmente cerrado, no puede continuar funcionando, no puede continuar brindando la asistencia que brindaba a la población cotidianamente, y hay 200 familias que están quedándose en la calle sin el sustento de su trabajo. Hay miles de pacientes que están quedándose sin sus profesionales, sin su medicación, despidieron a los farmacéuticos, nosotros acá tenemos una farmacia que fue premiada internacionalmente por su atención, por su calidad, por su excelencia, y hoy en día están viniendo pacientes a la puerta del hospital y no se les puede entregar la medicación porque no hay farmacéutico. Es terrible el contexto que estamos atravesando, donde hay crisis económica, crisis social. Los mayores padecimientos de salud mental como el suicidio, principal causa de muerte entre la juventud, es lo que está atacando el Gobierno. Eso es lo que está queriendo profundizar con este ataque, que haya gente que de los padecimientos no tenga un hospital al que acudir, es realmente desconcertante», prosigue el trabajador del hospital.
Al respecto del contexto, Maximiliano Martínez relata que «la pandemia es una de las causas y este recrudecimiento de las patologías de salud mental también es la crisis económica» y advierte sobre las consecuencias en las áreas en las que se desempeñan: «Es un hospital en red, es el único hospital nacional especializado en salud mental y adicciones, esto quiere decir que además del edificio central donde estamos, acá en el barrio de Parque Patricios, el hospital tiene dispositivos territoriales. Estos son centros de primera escucha, de acercar a los más vulnerados de la sociedad. Nosotros veníamos trabajando hasta diciembre del año pasado en la Villa Maciel, en Zabaleta, en Fátima, hoy en día todo ese dispositivo territorial en la Ciudad de Buenos Aires y algunos del Conurbano están desmantelados. Además, el hospital cuenta con un servicio de niñez, niños y adolescentes y cuenta con una guardia interdisciplinaria con un servicio de atención a la demanda espontánea, con un servicio internacional, con un servicio de cuidados en urgencia, con un jardín materno parental, con un centro cultural que intenta acercar y reconectar a los usuarios, a la población de alguna parte con la cultura, que es en última instancia una forma de poder reconectar con la sociabilidad. Acá funciona un taller socio productivo que también actúa para recomponer los lazos con el mundo del trabajo, funciona un servicio de odontología para poder recomponer también las consecuencias que tienen las adicciones, con su salud bucal».
Finalmente, se encarga de aclarar noticias falsas acerca de la labor en la institución. «La campaña mediática que está haciendo el Gobierno desde la prensa oficialista cuestionaba la existencia del servicio de cuidados en la urgencia y de la internación, y esto es interesante, porque primero, el hospital trabaja desde hace alrededor de 10 años en el marco de la Ley de Salud Mental en una iniciativa, un proceso de desmanicomialización que, de lo que se trata, es de cambiar la perspectiva: la gente que sufre padecimiento de salud mental no tiene que ser apartada de la sociedad porque es considerada peligrosa y debe reeducar para reinsertarse. Eso era la perspectiva con la que la dictadura militar fundaba cercenar eso. Por suerte, la sociedad avanzó y puede podemos a pensar la ciencia desde otra perspectiva, entendemos que los padecimientos de salud mental son consecuencias de deterioro social y, por lo tanto, todos padecemos».