Reino del revés

Este jueves y a menos de dos meses desde su asunción en el cargo, la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, anunció la dimisión debido a las presiones políticas del sector privado, la oposición y su propio partido por el plan económico presentado.

Luego de solamente seis semanas en el puesto y a dos días de negar una posible renuncia, Truss se convierte en la persona con menos tiempo en el poder en la historia británica. De todas maneras, la conservadora adelantó que la próxima semana será elegido su reemplazante mediante una votación interna.

«Ofrecimos resultados en las facturas energéticas y rebajando la cotización social. Planteamos una visión para una economía de baja fiscalidad y alto crecimiento que aprovecharía las libertades del Brexit», expresó en conferencia de prensa al comunicar su dimisión al cargo. «Reconozco, dada la situación, que no podré llevar adelante el mandato para el cual fui elegida por el Partido Conservador. Por ello, hablé con su majestad el Rey para notificarle que renuncio como líder del partido», anunció.

Asimismo, «acordamos que la próxima semana se realizará la elección de un nuevo liderazgo. Esto asegura que nos mantendremos en el camino de cumplir con nuestros planes fiscales y salvaguardar la estabilidad económica del país y la seguridad nacional», afirmó Truss, quien continuará como primera ministra hasta que se conozca su sucesor.

Vale mencionar que Liz Truss fue duramente criticada por su programa de reducción de impuestos. Incluso, la presentación del plan económico hacia fines de septiembre provocó una caída histórica de la libra esterlina a 1,035 dólares. Por su parte, el Banco de Inglaterra debió intervenir para mantener cierta estabilidad. Luego de esto, renunció el ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, y el nuevo titular de la cartera económica, Jeremy Junt, «calmó» el ánimo de los mercados al asegurar que no reducirán la carga impositiva de la banda básica del impuesto sobre la renta.

«El Partido Conservador demostró que ya no tiene mandato para gobernar. Después de 12 años de fracaso conservador, el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos», advirtió Keir Starmer, líder del Partido Laborista, quien exigió elecciones generales.