River Plate a la final

Pasaron nada más ni nada menos que 19 largos años para que el conjunto de Núñez vuelva a estar en la instancia definitiva de la Copa Libertadores, es por eso que jugadores, hinchas y dirigentes están ilusionados y anhelan que la foto de Enzo Francescoli en 1996 levantando la copa se renueve y puedan, de una vez por todas, ganar el torneo más difícil y prestigioso del continente. Ahora sí están mucho más cerca.

El partido fue de trámite parejo, sobre todo en el primer tiempo, en el que River Plate supo jugar con la tranquilidad de tener una ventaja de dos goles en su haber (2-0 en el encuentro de ida) y controló con creces los intentos de Guaraní, que empujaba por intermedio de su delantero Federico Santander quien se topó, una vez más, con Jonathan Maidana y Ramiro Funes Mori. Estos defensores tuvieron una gran solvencia para resolver la mayoría de las jugadas tal como sucedió en el partido en el Estadio Monumental una semana atrás. De hecho, lo más peligroso sobre el arco de Marcelo Barovero fue un remate potente de Julián Benítez desde el afuera del área, que el «1» tapó sin grandes problemas. Por la misma vía había intentado también Rodrigo Mora antes de que se baje el telón de la primera parte.

En el segundo tiempo la tónica del encuentro parecía ser la misma y el equipo de nuestro país empezaba a poner la cabeza en cerrar el resultado, pero la única distracción que tuvo le terminó por costar muy caro. Guaraní aprovechó que el Millonario quedó mal parado y sacudió la modorra a los 16 minutos, primero con un cabezazo que pegó en el palo y recorrió el arco de izquierda a derecha, y en la misma jugada y tras el centro de Santander, el otro delantero Fernando Fernández llegó para empujarla hacia la red y poner la serie a un solo gol de los penales. Aún en esta situación y con la presión de jugar de visitante y el empuje de toda la gente paraguaya, cuando el equipo de Marcelo Gallardo está totalmente groggy responde y se sobrepone, retratando voluntad, convencimiento y enorme deseo de victoria siempre. En primera medida desde adentro de la cancha y también afuera de la línea de cal, ya que el entrenador argentino mostró que no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones: sacó a Gonzalo Martínez y «tiró» a la cancha a Tabaré Viudez, quien hizo su debut oficial y en muy poco tiempo demostró destellos sobresalientes. Tal fue así que a los 33 minutos, cuando parecía que el partido se empezaba a complicar para River, el mismo ejecutó un pase exquisito, sorprendente, punzante y decisivo a Lucas Alario y este último definió por arriba del golero Alfredo Aguilar para el delirio de los 8.000 hinchas que viajaron con la ilusión de poder sortear y pasar de fase. A partir de ese momento era imposible que el equipo Aurinegro diera vuelta el resultado, River se soltó y pudo hasta aumentar el marcador, pero la mente ya la tenía puesta en que el árbitro Julio Bascuñán finalizara el encuentro.

El conjunto argentino no solo se trajo la clasificación a la final sino también encontró muchos puntos positivos en el equipo. Ahora deberá esperar al encuentro de Tigres (México) e Internacional (Brasil) que disputarán la otra semifinal de vuelta en tierras aztecas, con ventaja para los de rojo, que ganaron el partido de ida por 2 a 1. En poco tiempo sabremos quién será el rival de River en la final. Seguramente todos los hinchas estén muy atento a este encuentro, no solo para conocer al adversario sino también porque si el conjunto mexicano pasa a la instancia definitoria, el Millonario definirá en el estadio Monumental y accederá inmediatamente al Mundial de Clubes, ya que Tigres disputará dicha competición pero a través del campeonato de la Confederación de América del Norte, Central y el Caribe de Fútbol (Concacaf) y ha sido invitado a esta edición de la Copa Libertadores y debe definir, por reglamento, el último partido de visitante.