La historia se inicia en la pequeña ciudad de Denton. Tras asistir a la boda de dos amigos, Brad Majors toma coraje y pide compromiso a su novia Janet Weiss quien, de hecho, lo esperaba ansiosa. A modo de ritual de festejo deciden ir a visitar a un amigo y antiguo profesor a través del cual se conocieron. Se trata del doctor Everett Scott, un experto ufólogo que trabaja para un departamento secreto gubernamental.
De camino tienen un percance con el auto que los iniciará en una fantástica travesía. Bajo una nocturna lluvia torrencial, se equivocan de carretera y un pinchazo de rueda los fuerza a pedir ayuda en un castillo que avistaron a unas dos millas atrás. Un aviso colgado en la puerta indica «entre bajo su propio riesgo». La inocencia, que aún perdura en ellos, les hace evadir la advertencia. El excéntrico mayordomo Riff Raff les da ingreso al interior de la mansión en la que se celebra la «Convención Anual de Agentes Secretos de la Galaxia de Transilvania». La joven pareja es despojada de su ropa mojada casi a la fuerza por el mayordomo y su incestuosa hermana Magenta.
Los inconvencionales convencionistas presentes del planeta Transexual de la Galaxia de Transilvania corean que «nada volverá a ser lo mismo, estás en la sensación bajo el efecto de la sedación, volvamos a hacer el Time Warp de nuevo», al tiempo que danzan una extraña coreografía que parece llevarlos velozmente a un estado de éxtasis. Una (de las tantas y tantos) amante del amo y señor del castillo, Columbia, conduce a los recién llegados a un laboratorio.
Allí encontrarán al doctor Frank N. Furter, un científico que se autoproclama como «un dulce travesti transexual de Transilvania», sumergido en su proyecto más ambicioso: dar vida al hombre perfecto, el escultural Rocky Horror, creado para satisfacer sus deseos sexuales. Desde este momento la historia no hace más que evolucionar en una desopilante ficción que invita a liberarse de toda inhibición y prejuicio para dar lugar a una lujuria desenfrenada. «No lo sueñes, vívelo», dice Frank N. Furter.
A continuación, «Ciencia ficción, doble sesión».
«The Rocky Horror Show”, el musical (1973)
Esta surreal parodia musical del mito de Frankenstein, presentada genialmente como obra de teatro, se estrenó en 1973. Fue escrita por el guionista, cantante, compositor y actor Richard O’Brien: «Me encantaban las películas de Serie B, el rock and roll y el glamour, así que pensé que podía hacer una parodia -o un homenaje- a todas esas cosas». O’Brien llevó el primer borrador a su amigo Jim Sharman, quien se convertiría así en el director del proyecto.
El musical «They Came from Denton High to Superstar’s» sería rebautizado como «The Rock Horroar Show» para luego terminar con el definitivo «The Rocky Horror Show».
La prometedora puesta en escena convocó a renombrados productores como el ya reconocido Michael White. Incluso, incentivó la participación de agentes externos como el Hammersmith Hospital que donó batas, guantes y máscaras médicas o el St. Mary’s Hospital que prestó su instrumental.
Con el tiempo el espectáculo sumó una producción cada vez más elaborada en música, escenografía, vestuario y efectos especiales. Lo que en un principio era un pequeño proyecto de amigos se convirtió, precipitadamente, en un triunfo creativo para la crítica, un éxito de taquilla y un definitivo fenómeno de masas. Esto colaboró fuertemente para que gane el «Evening Standar Award» como mejor musical de 1973.
Fue estrenada con notables censuras en varios países, entre los que se cuentan su inicial Inglaterra, Francia, Alemania, Australia, Italia, Japón y Estados Unidos (en el mítico teatro Roxy de Los Ángeles).
Terminó oficialmente sus presentaciones el 13 de septiembre de 1980, en el Comedy Theatre londinense, luego de 2.960 funciones.
En el elenco original se cuenta con el genial y enigmático Tim Curry como el Dr. Frank N. Furter, Julie Covington como Janet Weiss, Christopher Malcolm como Brad Majors, Richard O’Brien como Riff Raff, Patricia Quinn como Magenta, Little Nell Campbell como Columbia, Paddy O’Hagan como Eddie y el Dr. Everett Scott, Rayner Bourton como Rocky Horror y Jonathan Adams como El Narrador.
Sobre la música se sabe que el álbum se grabó en veinticuatro horas. Parte de la magia de la grabación radica, justamente, en el hecho de que el reparto había interpretado las canciones poco más de una docena de veces, y esa simplicidad se asienta en el resultado final como si hubiese sido premeditada.
La obra se reproduce actualmente a nivel internacional con distintas compañías. En Argentina se encuentra en cartelera desde el martes 2 de agosto de este 2016 tras cargarse con un sensacional estreno que merece (y tendrá en breve) una nota aparte.
«The Rocky Horror Picture Show», la película (1975)
Es la adaptación cinematográfica de la obra de teatro escrita por Richard O’Brien en 1973 «The Rocky Horror Show». El guión fue escrito por el mismo O’Brien y el director de la película, el propio Jim Sharman. Al igual que la obra, resulta ser una parodia de los films de clase B de ciencia ficción y terror de entre los 30′ y los 50′. Ambientada con una estética ajustada al glam rock inglés del momento, contiene algunas de las escenas más hilarantes y provocativas del cine de los años 70′, lo que la convierte indiscutiblemente en una película de culto.
En octubre de 1974 y gracias a la fervorosa respuesta del público frente a la obra de teatro, los productores llegaron a un acuerdo con la 20th Century Fox para llevarla a la gran pantalla. Nació así «The Rocky Horror Picture Show».
Estrenada un año después, y pese al gran éxito de la pieza teatral, la película resultó ser un fracaso de taquilla… a excepción de Westwood, donde el público renovaba cada noche su presencia y cantaba al unísono, al pie de la letra, cada uno de los números musicales. El director de marketing de la Fox descubrió que esas poquísimas personas eran las mismas cada noche e ideó, entonces, una estrategia nueva para aquella época: introducir el film dentro del circuito de las funciones de media noche en salas pequeñas y alternativas, sin ningún tipo de campaña comercial, para dejar que el público mismo lo publicitara gracias al efecto «boca a boca».
El número de asistentes aumentó diametralmente, empezaron a llegar a las salas personas vestidas como los personajes de la película, y algunos incluso conocían de memoria los diálogos. El cine se había convertido en el lugar de encuentro donde la gente empezó a desinhibirse e interactuar frente a la pantalla grande mientras rodaba la película: un mito underground había nacido, que se propagó hasta convertir a «TRHPS» en un clásico de culto.
La película se rodó en Berkshire, Inglaterra. Fue protagonizada por Tim Curry como el doctor Frank-N-Furter, Richard O’Brien como Riff Raff, Patricia Quinn como Magenta, Little Nell Campbell como Columbia y Meat Loaf como Eddie, quienes ya habían participado en la obra original de Londres y en la versión de Los Ángeles. Se sumaron Jonathan Adams como el doctor Everett V. Scott, Peter Hinwood como Rocky Horror y Charles Gray como el criminólogo. Para los protagónicos la casa productora, 20th Century Fox, exigió que los personajes de Brad Majors y Janet Weiss fueran norteamericanos, por lo que Barry Bostwick y Susan Sarandon fueron los elegidos para esta ocasión.
La banda sonora es un éxito en sí mismo. El álbum fue lanzado en 1975 por Ode Records y alcanzó rápidamente elevados puestos de ranking en distintos países. Es descrito como la «versión definitiva» de la música de Rocky Horror. Entre los temas más destacados encontramos: «Science Fiction / Double Feature», «Time Warp», «Sweet Transvestite», «Touch-a-Touch-a-Touch-a-Touch Me», «Fanfare/Don’t Dream It, Be It» y «Superheroes».
Como si el autor hubiese sabido por anticipado que se iba a convertir en objeto de culto, la película brinda numerosas referencias y homenajes a personajes conocidos de la época. Por ejemplo, Steve Reeves es mencionado en «Sweet Transvestite» y era un musculado actor que protagonizó varios papeles italianos en los que hizo de Hércules; Lily St. Cyr es mencionada en «Floorshow» y fue una stripper que apareció en varias películas, como en «The Naked and the Dead, Raoul Walsh» de 1958. La canción que presenta mayor número de homenajes a artistas y obras de la época es «Science Fiction, Double Feature».
Asimismo, es una de las películas más exhibidas de la historia del cine y el reconocido movimiento mundial que la acompaña la convierte en una auténtica fiesta interactiva. Anualmente se realizan convenciones en las que se reúnen todos los fanáticos de RHPS. Existen cientos de sitios de internet, canales de chat y todo lo relativo a la película termina convertido en objeto de culto.
Remake de 2016
Fox quedó a cargo de la producción de la remake para televisión, una «re-imaginación» de la película original, dirigida por Kenny Ortega, conocido por dirigir películas como «Hocus Pocus», la triología de «High School Musical» y el documental sobre conciertos de Michael Jackson, «This Is It». Está basado sobre el guión original escrito por Richard O’Brien y Jim Sharman en 1975. Cuenta con Laverne Cox en el papel de doctor Frank N.Furter y Ryan McCartan y Victoria Justice interpretarán a la pareja de Brad y Janet. El equipo creativo planeó «mantenerse fiel al guión y la música original, pero re-imaginando visualmente la historia». En mayo se estrenó el primer trailer y se confirmó la fecha oficial de estreno: 20 de octubre de 2016. Tim Curry es el único miembro del elenco original de la película de 1975 que aparece en esta remake.
Sesión extra: si te sentís raro, siempre habrá alguien más raro que vos
Se dice que un fanático del RHPS no tiene ningún modal. Los fans asistían y siguen asistiendo a las proyecciones disfrazados como algunos de los desmoralizados personajes de la obra. Enumeran con orgullo los cientos de veces que vieron la película, llaman «vírgenes» a los que nunca han asistido a una proyección con participación del público y establecen que ver la película en casa se considera una masturbación. El verdadero fan es el que hizo suya la frase «don’t dream about it, be it».
Tradicionalmente, cada vez que algo significativo ocurre en la pantalla, el público reacciona e interactúa físicamente sumando, además, la utilización de accesorios o «props» diversos. Ante tamaña complejidad, es común que se brinde un instructivo con indicaciones de qué hacer, qué gritar, cómo y cuándo.
La lista de props fue aumentando hasta llegar a este compendio de artículos básicos para la supervivencia que pueden entregarse a los asistentes en la entrada o, a menudo, se supone que llegan a la sala con su propia colección: globos, arroz, periódicos, pistolas de agua, linternas, carracas, guantes de goma, papel picado, sombreros de cumpleaños, campanas y cartas, cada cual con su momento exacto de expresión. Especial mención merece el afamado «Time Warp», un baile sencillo que invita (y exige) ser replicado sin complejos, se ejecuta desde las butacas o bien en los pasillos.
The Rocky Horror Show, otros proyectos
«Rocky Horror Shows His Heels», libreto de 1978 no concretado. »The Brad and Janet Show”, libreto de 1980 no concretado. «Shock Treatment», película de 1981. «The Rocky Horror Show Live», producción de 2015 que se transmitió en cines por el 40º aniversario de la película. «Shock Treatment», obra de 2015. «The Rocky Horror Show», película remake de 2016. «The Rocky horror picture show», libro de Miguel Ángel Parra Martín, publicado en octubre de 2000 por Midons Editorial (ISBN: 978-84-89240-65-0, EAN: 9788489240650). Y hasta la web oficial, que podés visitar con hacer clic acá.
Artículo elaborado especialmente para puntocero por Amy Lilén Kees.