Todos somos Amazonas

Los incendios que causaron estragos en la selva amazónica están agravando el estrés sobre el clima y el medio ambiente mundial, que se desencadenó inicialmente por los fuegos excepcionales de este verano en el Ártico, informó en agosto la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

La OMM confirmó que los incendios no solo están confinados a Brasil y partes de Perú, Bolivia y Paraguay, sino que también se ven fuegos generalizados en zonas tropicales de África, como Angola, y en varias áreas de Europa.

Miguel Sáinz, director regional de laboratorios de servicios analíticos para el sector Life Sciences, licenciado en Ciencias Ambientales y especialista en Seguridad, Higiene y Protección Ambiental, nos define el papel de las normativas y las decisiones gubernamentales en el monitoreo y cuidado del medio ambiente.

Las ciencias ambientales definidas brevemente no son algo aislado de otro componente. Se debe extender a toda la vida. El medio ambiente atraviesa todos los rubros, ciencias, todos los límites que queramos poner o etiquetas establecidas en la ciencia. Lo primero es que cualquier problemática trasciende fronteras si se trata del medio ambiente. Puntualmente, lo que está pasando en el Amazonas no solo suscribe a Brasil sino que afecta a los países vecinos. Cualquier actividad del hombre en cualquiera de los biomas afecta el resto de los países del Cono Sur. Seguro lo que está pasando ahora es lo que pasa todos los años, hay un avance en las fronteras agrícolas y agroganaderas por sobre la selva. Todos los años se observa que sobre cualquier tipo de selva, particularmente en el Amazonas, se gana terreno para la industria, explica Sainz.

La cuenca del Amazonas es la selva tropical más grande del mundo, abarca cuatro países y alberga millones de plantas y animales. A menudo se le llama «el pulmón del mundo» y es crucial para ayudar a regular el calentamiento global, ya que los bosques absorben millones de toneladas de emisiones de carbono cada año.

El reciente Informe Especial del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático destacó la importancia de garantizar la disminución de la deforestación y garantizar la gestión sostenible de la tierra. Los incendios emiten dióxido de carbono, mientras que la pérdida de bosques conduce a una menor absorción de CO2 de la atmósfera, lo que fomenta aún más el cambio climático.

Según Sáinz, los incendios ahora coinciden con la época seca y para los agricultores y ganaderos hay mejores condiciones para realizar este tipo de quemas y avanzar sobre la frontera que permite cultivar y pastar. «Las condiciones son necesarias para que se pueda avanzar sobre las fronteras agrícola ganadera. En la época de lluvias no se pueden iniciar incendios, entonces se necesita que exista esta etapa. El Amazonas no tiene una época muy marcada sin lluvias pero en estos meses son más espaciadas. Se requieren de esta ventana de tiempo para avanzar en la actividad, pero se necesita de la mano del hombre. Ha pasado en varios países del mundo, no es algo nuevo».

Detección de incendios

Los satélites son a menudo los primeros en detectar incendios que arden en regiones remotas. La herramienta principal de la NASA para la detección de incendios desde 2002 son los instrumentos del Espectro radiómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS) en los satélites Terra y Aqua.

En este punto de la temporada de incendios, las detecciones activas de incendios MODIS en 2019 son más altas en la Amazonia brasileña que en cualquier año desde 2010. El estado del Amazonas está en camino de registrar una actividad récord de incendios en 2019.

Comparativamente con el 2018, hay un 80% de aumento en los incendios en la selva amazónica pero en los últimos cinco años se incrementó esta práctica y coincide en 2019 con el presidente Jair Bolsonaro, dice Miguel Sáinz.

Impacto en las comunidades

Respecto al impacto que genera un incendio, Miguel asegura que la recuperación en el ambiente de selva comparado con otros es más veloz. Sin embargo, puede tardar décadas recuperar un ambiente selvático. Se dan una serie de sucesiones ecológicas tras un incendio de estas características. Acá el problema no es solo recuperar la selva, el tema es que cuando se da un impacto como el de un incendio repercute en la calidad y el tipo de suelo, provocando una desertificación, es decir, que se pierde la capa fértil del suelo.

También afecta los sistemas hídricos y la contención y disponibilidad de agua dulce y, por supuesto, las comunidades que viven allí. Si bien se podría en 20 o 30 años recuperar parte de esa selva, el ambiente cambia y las condiciones no van a ser las mismas. Estos impactos ambientales y sociales son muy complejos y, por más que uno prohíba desde ahora los incendios, hay que analizar a las comunidades indígenas que ya recibieron el impacto. La búsqueda de los recursos naturales por sobre el ser humano, en el caso de Brasil la minería y el avance agrícola ganadero, es el que tiene el mayor impacto en las comunidades.

Es necesario darle un campo en la agenda a los temas como el desfinanciamiento del Ministerio del Medio Ambiente en Brasil. A nivel Latinoamérica, Brasil, Colombia y Perú son los países con mejores normativas relacionadas a estos temas. Sin embargo, la cabeza sigue siendo la que decide y maneja la agenda. La importancia radica en que como comunidad exijamos que estas normativas sean puestas en práctica y que como comunidad las pongamos en la agenda común, concluyó el licenciado Sáinz.