Uno de los aspectos más motivadores de un festival es levantarse a la mañana y planificar qué ver y después, por obra y gracia del alea, encontrarse con un conocido, y seguirlo a él en sus elecciones, y terminar visualizando otra cosa, ya sea porque imperó el “dejarse llevar” o bien por el hecho de que la capacidad de la sala estaba colmada (quienes estamos acreditados, podemos con nuestra credencial acceder a todas las funciones, siempre, claro está, que haya butacas disponibles).
Tres películas exhibidas este lunes se presentan con un estilo diferenciado cada una de ellas, algunas impactantes, otras a mitad de camino, o bien, fallidas.
Moroco Colman, conocido por su ópera prima, la interesante «Fin de Semana» (2016) y luego del traspié sufrido con «La Noche Más Larga» (2020), intenta bucear en el mundo de la venta de carne robada en la ciudad de Córdoba, en el marco de pandillas de motochorros que acosan la noche y vendedores inescrupulosos que comercializan con perros de la calle asesinados por estos.
«Reina Animal», tal el título de la propuesta y presentada en Noches Especiales, no logra profundizar en ninguna de las tres acciones, tal vez porque careció de un guion sólido que aunara estos tres ejes, que quedan librados a su suerte.
Sofía Gala Castiglione, siempre ajustada en sus interpretaciones, es lo mejor del film.
Otro punto a destacar es la soberbia fotografía de Sol Lopatín y del mismo director, que resalta la espesa oscuridad que se cierne sobre los personajes y el ominoso universo en el que la trama se desarrolla.
La propuesta, si bien se anuncia como la primera sustentable y vegana, incurre en excesos innecesarios al exhibir restos de carne animal y degüello de perros muertos, que no aportan al de por sí expresado propósito de denuncia.
A su turno, «Muertes y Maravillas», en Competencia Internacional, de Diego Soto, nos presenta su segundo largometraje, en estreno mundial, luego de «Un Fuego Lejano» (2019). que gira alrededor de un grupo de amigos que deben lidiar con la muerte de uno de ellos y, al mismo tiempo, la trascendencia de la poesía como motor de sentido a nuestras vidas.
Al igual que el largometraje anterior, estos dos tópicos no logran unirse y naufragan a su manera, como líneas paralelas sin posibilidad alguna de unión entre sí.
Los actores parecen recitar sus parlamentos en un estilo ascético que no convence, y deambulan entre su duelo personal y su conexión con el universo mágico de la poesía, de manera desigual y no siempre justificada.
El título del film remite a un libro de poesías de Jorge Teiller, que el amigo fallecido le regala al protagonista, para que pueda canalizar ese espíritu literario y hacerlo realidad con su inspiración.
Finalmente, y afortunadamente, la última proyección de la noche, y a sala llena, fue «Upon Entry», film español codirigido por Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez, y cuyo guion les pertenece, es un thriller intenso y brillantemente construido que narra las vicisitudes que sufre una pareja compuesta por un venezolano y una española, y con sus visas aprobadas, al intentar ingresar al aeropuerto de Nueva York,
Apenas 4 actores y un solo decorado exhiben cine en estado puro, a fuerza de diálogos mordaces, intimidaciones de todo tipo y maravillosas interpretaciones, en un film que no da tregua al espectador con su vibrante alegato antirracista.
La película se exhibe en el marco de la competencia internacional y merece ser tenida en cuenta a la hora de la premiación.