24 BAFICI: Clorindo cake

Algunos comentarios sobre los días 5 y 6 del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI). Pude encontrarme con una película por cada día: «Clorindo Testa» de Mariano Llinás y «The Cake Dynasty» de Christian Lollike.

Clorindo Testa

Dentro de la Competencia Oficial Argentina. Siempre que haya una película de Mariano Llinás, hay que hacerse espacio para verla. El disparador es una por encargo que le piden a Mariano sobre la figura de Clorindo Testa. A partir de allí, vemos primero a un autor burlando el deber para que salga a la luz la película que de verdad quiere hacer pero, ¿cuál es la película que de verdad quiere hacer? Una sobre su padre -casualmente amigo de Clorindo- seguro que no, definitivamente no. O por lo menos eso dice y repite una y otra vez. Pero quizás no lo pueda evitar.

La película se vuelve rápidamente el documental y la ficción de una serie de encrucijadas. Los elementos de lo real coexisten con el artificio de una forma muy creativa, cómica, adorable.

The Cake Dynasty

Producción proveniente de Dinamarca dentro de la Competencia Oficial Vanguardia y Género. El director Christian Lollike estuvo presente en la sala para presentar la película que tuvieron que detener a los 40 minutos porque habían dejado de funcionar los subtítulos (que, además, estaban desfasados). Unos diez minutos después, aproximadamente, se retomó la proyección con los subtítulos (que igual siguieron desfasados).

La historia se centra en Niels Agger (Nicolas Bro), patriarca y dueño de una fábrica de pasteles y galletitas al borde de la quiebra. Su hija y yerno se hacen presentes para tomar el poder de la empresa familiar y sacarla adelante volviéndola una fábrica de «tortas y galletitas light». En el medio aparece Zeinab (Bahar Pars), una mujer árabe con la que comienza una historia de amor.

Según Lollike, «The Cake Dynasty» es una comedia que habla sobre la situación actual de Dinamarca y su dificultad y resistencia para adaptarse a la llegada de inmigrantes al territorio. El escozor aparece cuando la película ubica a sus personajes en lugares humillantes para crear una puesta en escena de comedia y, de esta manera, la hacen pecar de aquello que quiere criticar: gordofobia, xenofobia, crueldad.

Fue notable en la proyección el silencio absoluto durante la mayor parte de los 107 minutos, con algunas risas tímidas. El último giro, además, guarda un golpe bajísimo que se suma al conteo de temas abiertos por la película que nunca se encarga de profundizar ni mucho menos cerrar.