Un gesto internacional hacia Palestina

Por primera vez en la historia, Palestina verá ondear su bandera frente a la sede de la Organización de las Naciones Unidas en New York. Así lo dispusieron este jueves los representantes de los Estados miembros, en una votación llevada adelante en la Asamblea General en la que 119 naciones dieron el visto bueno (8 rechazos y 45 abstenciones) para que los Estados observadores no miembros (Palestina y El Vaticano) puedan izar sus símbolos junto a los 193 Estados miembro.

Esta iniciativa, de todas formas, tuvo sus oposiciones. Australia, Canadá, Estados Unidos, Islas Marshall, Israel, Micronesia, Palau y Tuvalu emitieron su voto en contra. Al respecto, Riyad Mansour, observador palestino ante la ONU, comentó que el gesto no finalizará la ocupación israelí aunque interpreta la decisión como un signo de respaldo para continuar trabajando en pos de crear oficialmente un Estado. Asimismo, el embajador israelí ante el organismo, Ron Prosor, aseguró que se trata de un gesto simbólico vacío. Por su parte, el canciller argentino, Héctor Timerman, manifestó que «la República Argentina cree que el pueblo palestino es el único que puede decidir su futuro» y recordó que «Palestina no es miembro pleno de la organización porque una minoría del Consejo de Seguridad bloquea su incorporación».

Otra de las opiniones que más se aguardaban no se hizo esperar. Samantha Power (embajadora de Estados Unidos ante ONU) aseguró que el izamiento de la bandera palestina «no representaba una alternativa a las negociaciones y no acercará a las partes a la paz».

En cuanto al acto en sí, se espera que la bandera logre flamear el próximo 30 de septiembre, ya que el presidente palestino Mahmoud Abbas dará su discurso ante sus pares en la Asamblea General en New York. Al respecto de este acontecimiento, el embajador francés ante ONU, Francois Delattre, dijo que «la bandera es un símbolo poderoso, un rayo de esperanza para los palestinos».

En épocas donde parece que las fronteras se ciernen sobre las personas y la intolerancia y la búsqueda de diferencias para establecer cualquier tipo de conflictos (religiosos, políticos y hasta de etnias o deportivos) están a flor de piel en nuestra sociedad, los palestinos comienzan a ver una luz de esperanza para ser reconocidos por la comunidad internacional.