Una cooperativa formada por presos

En los últimos días, la Cooperativa de Trabajo Kbrones y otros proyectos que impulsan la reinserción social fueron más conocidos por una noticia distorsionada intencionalmente por los medios de comunicación (pusieron en el ojo de la tormenta que cobren aguinaldo) que por la labor que realizan desde hace ya 5 años.
Sin entrar en el debate, vamos a conocer a esta agrupación que fue creada en el año 2009 en la ciudad de La Plata, más precisamente en la Unidad Penal N° 12 de dicha localidad, por Marcelo Vargas y Julio Fuque, quienes cumplían sus últimos tiempos en prisión y sabían lo que habitualmente espera afuera a las personas que cometieron delitos y fueron justamente condenados.
Por este motivo, y en busca de posibilidades de reinserción social y sobre todo laboral, decidieron crear una cooperativa textil en el barrio de Barracas, en Buenos Aires, que los primeros días se focalizaba en la marroquinería, oficio que aprendieron en sus días en la cárcel. Luego, a través de un programa nacional para fomentar la actividad, adquirieron dos máquinas de coser y diversas herramientas para ampliar el trabajo hacia la fabricación de indumentaria y calzado, industria en la que actualmente se desempeña un grupo de reclusos que encuentran, mediante esta labor, un método práctico de rehabilitación. Además, se sumaron al emprendimiento inmigrantes que eran considerados ilegales y que trabajaban como esclavos en textiles clandestinas. Vale aclarar que la cooperativa se encargó de tramitar los documentos correspondientes y ahora estas personas están inmersas en el ámbito legal.
Asimismo, el proyecto se responsabiliza por los presos que realizan sus actividades allí y asume el rol de garante previo a que estos jóvenes de entre 19 y 30 años recuperen la libertad. Y, como la iniciativa es vista con buenos ojos, también capacitan y expanden el programa a otras localidades como la Red Grafica Cooperativa (desarrolla talleres de serigrafía en los penales federales) y la Asociación Civil El Vértice (en la provincia de Corrientes).
Finalmente, entre los últimos productos desarrollados por Kbrones (nombre que adoptaron porque sus fundadores eran llamados así por el psicólogo del penal) se encuentra la fabricación de juguetes para chicos en fibrofácil y peluches.