Vuelve el FMI a la Argentina

Este viernes el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó en Washington, Estados Unidos, un reporte especialmente desarrollado para nuestra región, en el que el titular «América Latina y el Caribe en 2016: ajustándose a una realidad más dura» no deja mucho lugar a la imaginación.
El informe del organismo expresa que «se prevé ahora que en 2016 el crecimiento sea negativo por segundo año consecutivo, la primera vez que algo así ocurre desde la crisis de la deuda de 1982-1983, que desencadenó la década perdida para la región».
En cuanto a lo relacionado con Argentina, el FMI pronosticó un crecimiento de 1,5% en el Producto Bruto Interno de 2015, mientras que para este año sus perspectivas se reducen al 1%. De todas formas, en la entidad celebran las nuevas políticas del gobierno de Mauricio Macri, que además de finalizar las restricciones cambiarias de moneda extranjera y realizar la apertura de mercados e importaciones, ya comunicó esta semana en el Foro Económico Mundial que se volverán a llevar adelante las auditorías del FMI y se aplicarán las recetas propuestas para atraer inversiones internacionales.
Al respecto, desde Washington vieron como muy oportuna la decisión de reducir los subsidios en el ámbito energético y manifestaron que «se inició una importante transición para corregir desequilibrios macroeconómicos y distorsiones microeconómicas». Además, dejaron en claro que no todo podría ser visto con buenos ojos, ya que «este nuevo enfoque ha mejorado las perspectivas de crecimiento para el mediano plazo, pero es probable que el ajuste genere una leve recesión en 2016», reza el informe.
Por su parte, Macri desde Davos, Suiza, señaló que «vamos a hacer lo que pensemos que es lo mejor para que el país crezca, la gente tenga trabajo y se alcance la meta de pobreza cero. Va a ser un gobierno donde toda la información va a ser pública y, en ese marco, es que se dará también información al FMI», en referencia al regreso de los controles del organismo en tierras argentinas.
Asimismo, el ministro de Hacienda, quien también asistió al Foro Económico Mundial, declaró que «en breve el FMI publicará las evaluaciones que viene haciendo sobre la Argentina» y detalló que este es un reporte que se realiza todos los años, aunque «el anterior gobierno elegía que no se publique», y aseveró que «por decisión del Presidente ese informe se publicará», aunque en realidad es un requisito establecido en el Artículo 4 del Convenio Constitutivo del FMI.
Este punto deja en claro que «el Fondo supervisará el sistema monetario internacional a fin de asegurar su buen funcionamiento, y vigilará el cumplimiento por cada país miembro de sus obligaciones» y agrega que «a fin de desempeñar sus funciones, el Fondo ejercerá una firme supervisión de las políticas de tipos de cambio de los países miembros y adoptará principios específicos que sirvan de orientación a todos ellos con respecto a esas políticas», es decir, «los países miembros proporcionarán al Fondo la información necesaria para ejercer esa supervisión y, a solicitud del Fondo, le consultarán sobre sus políticas de tipos de cambio».
Es clarísimo y lógico: para obtener crédito hay que obedecer y respetar las condiciones que el organismo financiero establezca. Es el precio que habrá que pagar para «construir relaciones necesarias para llegar a acuerdos que tengan que ver con mayores inversiones en el país», según manifestó Macri en el encuentro en tierras suizas.

El FMI en Argentina

El Fondo Monetario Internacional tuvo diversas etapas (comúnmente se establecen cuatro) en nuestro país y en todas ellas los vínculos variaron, aunque todas tuvieron en común un punto crucial en el financiamiento: respetar las fechas propuestas para los pagos. De este concepto se desprende que cuando un Estado se encuentra bajo condicionamientos y el contexto económico lo requiere, debe aplicar políticas de ajuste para cumplir con el acuerdo en tiempo y forma.
El vínculo entre el organismo y Argentina puede fecharse en 1956, cuando se realizaron los convenios Bretton Woods. Este periodo podría ser comprendido hasta 1982, que fue seguido de una segunda instancia que abarca desde agosto de ese mismo año hasta la elaboración del Plan de Convertibilidad en 1990, bajo la presidencia de Carlos Saúl Menem y el Ministerio de Economía en la responsabilidad de Domingo Felipe Cavallo. Así, dio paso al tercer periodo signado por aproximadamente 10 años de aplicación de dicho programa hasta la crisis de comienzos de 2002. Finalmente, con el cambio de rumbo político local e internacional desde 2003, Argentina tomó distancias de la aplicación de medidas planteadas por el FMI aunque comenzó la época de desendeudamiento externo.