A 25 años de su muerte: ¿quién fue Rodrigo Bueno?

El 24 de junio del año 2000, el famoso cantante cordobés falleció a los 27 años en un accidente de tránsito luego de brindar un show en el boliche llamado «Escandalo» en la localidad de City Bell. Esa noche, Rodrigo nos abandonó de forma física, pero su alegría y energía única aún nos acompaña en la melodía de sus históricas canciones.

Rodrigo Bueno nació el 24 de mayo de 1973 en Córdoba capital. Con su familia muy involucrada en la música (su padre, Eduardo Bueno, era un famoso productor musical de la época y su madre, Beatriz Olave, componía canciones), el pequeño Rodrigo siempre mostró mucho interés por este rubro. Tanto fue así que a los 5 años grabó su primer disco titulado «Disco Baby», el cual contenía, entre otras canciones, la introducción del programa infantil «Carozo y Narizota». Durante su adolescencia, se caracterizó por ser rebelde, nunca le interesó estudiar y quiso dejar el colegio reiteradas veces. Siempre supo que su futuro estaba en los escenarios y no en los libros. Ante esto, había dos posturas diferentes: su padre -gran conocedor del ambiente y de la competencia que había- no estaba convencido de que Rodrigo se dedique plenamente a eso, en cambio, su madre siempre lo impulsó en esa decisión, y así fue su primera y mayor fanática.

En 1987, aún en Córdoba, logró sacar su primer disco titulado «La Foto de tu Cuerpo», dando así inicio oficialmente a su carrera musical. En 1991, convencido a seguir sus sueños, llegó a Buenos Aires y, una vez asentado en la ciudad y bajo la representación de Luis Gozalo, el hasta ese entonces apodado «el Bebote Cordobés» lanzó cuatro álbumes más.

Si bien todavía no era muy conocido, su carrera comenzaba a crecer y todo parecía indicar que ese reconocimiento estaba pronto a llegar. Sin embargo, el 25 de julio de 1994 todo cambió: mientras Rodrigo estaba a punto de dar un show, su padre que casualmente lo estaba acompañando, se desvaneció y murió instantes después debido a un paro cardiorrespiratorio. Rodrigo, desconcertado, decidió tomarse un tiempo, volver a su casa en Córdoba para descansar y acompañar a su familia, fue un revés muy duro que pocos creían que iba a poder superar. Durante esa época no sacó nuevas canciones, esa pérdida tan repentina lo dejó tocado y sin ganas de seguir adelante, cayó en un estado de tristeza tan profundo que hasta lo catalogaron como depresión. En 1995 y con la ayuda de Gozalo, «El Potro» volvió a la capital para reanudar su carrera musical, ese mismo año sacó su sexto álbum titulado «Sabroso», explorando un ritmo más urbano que pasó sin pena ni gloria entre los oyentes pero, sin saberlo, su vida estaba por cambiar para siempre.

En 1996 volvió a centrarse en componer canciones única y exclusivamente de cuarteto, Rodrigo sacó un álbum que marcó un antes y un después en su carrera: «Lo Mejor del Amor» lo catapultó a la fama nacional, comenzó a tener varios shows por noche y también a ser una figura mediática, su forma de ser tan carismática logró que todos los programas quieran entrevistarlo para levantar su rating. Ese mismo año logró firmar un contrato con Magenta Records. Se «iba para arriba» y no había nadie que lo pudiese frenar.

En los años posteriores, lo único que hizo fue reafirmar su talento sacando una interminable lista canciones que hoy en día siguen diciendo presente en cada reunión social, algunos ejemplos de estas son «Ocho Cuarenta», «Fuego y Pasión», «Me Extrañarás», «Que Ironía», «Soy Cordobés» o «Cómo Le Digo». Había logrado algo nunca antes visto, con sus temas alegres y movidos consiguió poner a bailar cuarteto a todo un país, ese ritmo tan provincial se había convertido en uno nacional. Esos años fueron muy intensos, ese nivel tan acelerado de vida y la fama tan repentina hicieron que se canse rápido.

Todo este fenómeno lo llevó a llenar 13 Luna Parks, con la particularidad que salió a cada uno de ellos vestido como boxeador. Antes de realizar el quinto show de esa larga seguidilla le comunicó a la prensa que en diciembre de ese mismo año se retiraría de la música haciendo un estadio River Plate. El ya para ese entonces ídolo de muchos estaba cansado, necesitaba un respiro, alegarse de la exposición y tener tiempo libre para compartir con su hijo Ramiro, a quien tuvo en 1997 con Patricia Pacheco. Lamentablemente, ese tan esperado River jamás llegaría a concretarse.

La muerte de Rodrigo generó conmoción en todo el país, su corta edad y la forma en la que sucedió generaban mucha angustia y desolación en sus fanáticos. Rodrigo no fue el único que perdió la vida esa noche. Fernando Olmedo (hijo del conocido humorista), quien desafortunadamente esa noche acompañó al cantante a sus shows y que en el momento del impacto viajaba en la parte trasera de la camioneta, también perdió la vida horas después en el hospital.

El velatorio se produjo en el edificio de la Municipalidad de Lanús, este mismo fue ofrecido por el intendente de ese momento, Manuel Quindimil, debido a que la camioneta que conducía el «Potro» se dirigía a dicha localidad para realizar un concierto. Miles y miles de fanáticos se acercaron a darle el último adiós. Figuras como Diego Armando Maradona (a quien había conocido en Cuba en 1999 para cantarle su canción «La Mano de Dios» y con el cual tenía una linda relación), Susana Giménez o Marcelo Tinelli también se acercaron a despedirlo.

Fue un personaje imposible de olvidar, que vivirá por siempre en el corazón de cada fanático. El 24 de junio del año 2000, Rodrigo Bueno murió, pero nació un mito, una leyenda, una persona la cual es y será recordada por grandes y pequeños, por ricos y pobres y por cada alma que quiera bailar al ritmo de un buen cuarteto cordobés.

Artículo elaborado especialmente para puntocero por Joao Romano Magallanes.

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