El pasado sábado 28 de enero tuvo lugar una nueva afrenta del gobierno talibán contra los derechos de las mujeres afganas. Este se realizó a través de un comunicado a las universidades privadas, donde se indicaba que quedaban vedados los exámenes para las estudiantes.
La directiva fue dada a pesar de las presiones de la comunidad internacional para que se reviertan las medidas que limitan las libertades de las mujeres, como así también tras las visitas de varios altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Con la llegada al poder de los talibanes se prometió, en su momento, que las menores de edad iban a poder acceder a la educación intermedia una vez que fueran resueltos los «aspectos técnicos» sobre los uniformes y el transporte. No obstante, continúan excluidas de las aulas más allá del sexto grado de educación primaria.
En esta línea, el comunicado enviado a las universidades privadas expresa que «las mujeres no pueden presentarse a examen de ingreso para los niveles de licenciatura, maestría y doctorado” y que, si alguna institución no acata la orden, “se tomarán medidas legales contra el infractor”.
Actualmente, Afganistán tiene 140 universidades privadas en 24 provincias, con alrededor de 200.000 estudiantes y entre 60.000 y 70.000 son mujeres.