Cine argentino recuperado

El tercer domingo del ciclo Cine Argentino Recuperado se hizo presente el pasado 11 de octubre con tres películas que pudieron verse de forma libre y gratuita en el canal de YouTube del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). Repetimos la experiencia de ver una película de Hugo del Carril y sumamos una rareza poco vista de Catrano Catrani.

El último montonero

Dirigida por Catrano Catrani del año 1963, este film es otro de los hallazgos pertenecientes a la colección reunida por Alberto González (creador de I-Sat y distribuidor de cine para televisión) y conservada por su familia, de allí también se recuperaron otros títulos como «La calesita» de Hugo del Carril, vista también en este ciclo. Catrano Catrani fue, además, el esposo de Vlasta Lah, la primera mujer que dirigió un largometraje sonoro en nuestro país («Las furias» de 1960, film que está perdido y existe solamente una copia digital).

La película, filmada en La Rioja y basada en un cuento de Félix Luna, comienza con una escena en la que el Chacho Peñaloza (Romualdo Quiroga) comienza a perder su autoridad tras tomar una decisión fatal. Poco después, el caudillo dispersa su tropa y la historia sigue, en episodios cruzados, los destinos de algunos de esos hombres. Escasean los diálogos pero irrumpen en varias oportunidades breves reflexiones internas marcadas por una prosa imponente. Los modos expresivos de la realización marcan su cualidad de rareza, por sus rasgos despegados del cine industrial. Y la acción es acompañada por una composición musical ineludible.

Amorina

Dirigida por Hugo del Carril, del año 1961, con Tita Merello como protagonista una vez más en la piel de una mujer sufrida, pero esta vez especialmente angustiosa por su contundencia en la interpretación del deterioro mental que implica en el personaje la soledad. También vemos en pantalla al propio Hugo del Carril, Alberto Bello, Golde Flami, María Aurelia Bisutti (también en «La calesita») y Rodolfo Ranni, entre otros. El film inicia con la inquietante imagen de una muñeca con la cabeza destrozada que más adelante conformará su sentido. Amorina (Tita Merello) tiene un deseo sencillo y es el de reunir a toda su familia para su cumpleaños, pero este simple desencadenante la lleva a confrontar con la realidad: el desinterés de los hijos, la infidelidad del esposo y un accidente que posterga pero no evita el desenlace fatal.

Ufa con el sexo

Dirigida por Rodolfo Kuhn, del año 1968. La historia de esta recuperación comienza cuando el instituto decidió no otorgar su calificación al film, quitándole así la posibilidad de estrenarse y, en esas circunstancias, el negativo se perdió. En el año 2003 fue hallado y restaurado por integrantes de APROCINAIN pero un epílogo que contenía un número musical en colores, filmado en la Ciudad de los Niños, sigue perdido. Actúan Héctor Pellegrini (que ya lo vimos en «La terraza»), Elsa Daniel (que no participó en otros filmes que hayamos visto en este ciclo pero sí estuvo en «Las furias» de Vlasta Lah, mencionada al comienzo de la nota), Marilina Ross y Nacha Guevara, entre otros.

Las apariencias son el tema principal de esta película en la que el protagonista es un joven burgués que por un lado practica el engaño para seducir pero que, por otro, se escandaliza cuando él mismo resulta víctima de aquello. A través suyo, Kuhn no solo pone en evidencia al porteño burgués arquetípico sino también a su contexto social: en ambientación, lenguaje, modas y comportamientos, el film practica una verdadera disección de su época. Los boliches, el café concert, las frases cuidadosamente construidas para comunicar el regodeo en la decadencia y la ostentación del sexo sin compromisos emotivos funcionan como equilibrada contracara del té canasta, la identificación con los valores que defienden los periódicos conservadores, los padres que amparan sin escuchar y el sexo con la sirvienta, furtivo pero a la vez institucionalizado.