Desperdicios para combatir el hambre

Desperdiciamos comida cuando no tenemos en cuenta los vencimientos de los productos envasados y cuando no cocinamos a tiempo las verduras, aunque el mayor porcentaje lo aporta la deficiencia en los transportes, que originan roturas en los productos.

Cualquiera sea la causa, el saldo que dejan estas acciones es alarmante: 1.300 millones de toneladas de comida acaban sin ser consumidas cada año, mientras 795 millones de personas mueren por desnutrición. Los datos pertenecen al informe que dio a conocer la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO).

La FAO agrega en el documento un cálculo estimativo que aporta un importante llamado de atención: «reducir en un 25% la comida que perdemos o desperdiciamos salvaría las vidas de los 795 millones de personas que corren peligro de muerte por desnutrición», asegura.

Los desperdicios de alimentos acumulan aspectos negativos por donde se lo mire.

En 2011 la industria de envasados de alimentos eligió las pérdidas y el desperdicio como tema de su Feria de Comercio Internacional y solicitó a la FAO un informe concluyente para dejar en claro la importancia de la problemática. Los resultados encendieron la alarma y se dieron a conocer en una conferencia denominada «Ahorremos alimentos» (Save Food), con el único objetivo de reducir las pérdidas y el desperdicio.

Además, en el informe del año 2015 se dio a conocer el daño medio ambiental que generan los desperdicios: emiten un total de 3,3 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO2) y, si lo comparamos con un país, sería el tercero más contaminante después de Estados Unidos y China.

Con todos estos datos, los estadistas pueden crear proyecciones a futuro, aunque los resultados no son de buen augurio. Para 2050 la producción alimentaria debería ser un 60% mayor que la de 2005 para poder cubrir de manera suficiente a las 9.600 millones de personas que habitarán el planeta. Pero, para lograrlo, deberán hallar una solución al problema en los sistemas de distribución de alimentos, una de las principales causas por la que se desperdicia comida.