Este viernes en el Noticero conversamos con Sebastián Fajardo, delegado de ATE-INTA, quien relató la situación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Para quienes no conozcan las labores que realiza, Fajardo explicó que «el INTA es una institución del Estado Nacional, que está a punto de cumplir 70 años y está distribuido en todo el país, en todas las provincias de la Argentina. Seguramente encuentren agencias de extensión del INTA experimentales, donde haya investigadores en los campos van naciendo ensayos de cultivo, van probando tecnologías para mejorar la producción agropecuaria del campo y, cuando hablo de la producción agropecuaria del campo, hablo centralmente de la producción de características agroexportadoras. Estoy hablando de lo que generó durante muchísimos años y actualmente una gran cantidad de divisas para el país, y estamos hablando también de la investigación y la extensión de tecnologías, cultivos, y todo lo que tiene que ver para la producción de alimentos. No solamente para la agroexportación sino también para la producción de alimentos para el mercado interno, para la mesa de todos los argentinos».
Además, «en el INTA hay un montón de profesionales y técnicos que están encargados en la investigación, y también en la extensión rural, que tiene que ver con muchas de las tecnologías que se van desarrollando y diseñando para que llegue a los productores y que, de alguna manera, lleve adelante procesos de incorporación de esa tecnología o de revisión de esa tecnología», detalló Fajardo.
Asimismo, al respecto del estado de situación actual del instituto, el delegado contó lo siguiente: «Yo trabajo desde julio de 2008 en el INTA, soy ingeniero agrónomo y vivo en La Plata. Trabajo en el cinturón hortícola platense, que es el cinturón hortícola más importante del país». Prosiguió: «Desde que asumió este gobierno no paramos de recibir palos y se deslegitima el trabajo estatal, se lo ridiculiza, se plantea que somos todos unos ‘ñoquis’ y nuestros salarios no son dignos ni ahí, o sea, estamos trabajando un poco con cierta vocación de trabajo estatal y después, encima, hay que escuchar que todo lo que hacemos está mal y que somos ‘ñoquis'».
Por otra parte, «este año hemos perdido dos programas muy importantes, el programa Pro Vuelta y Cambio Rural que, para nosotros, eran dos herramientas fundamentales para intervenir en el territorio y nos vamos quedando sin herramientas de trabajo. Tenemos compañeros despedidos, hemos tenido también procesos de retiros voluntarios e intimación a compañeros en edad jubilatoria para que se jubilen». Además, «existe a veces una fantasía que en el gobierno anterior hubo un crecimiento desproporcionado de la planta estatal dentro del INTA y nada que ver, no es así» y «acá hay que tener un gesto político, por lo tanto, hay que echar gente, hay que vender inmuebles. Estamos hablando de edificios. Estamos hablando de oficinas. Estamos hablando de miles de hectáreas que hay en campos experimentales a lo largo de todo el país y, al mismo tiempo, también cambiar toda la cartera programática y la línea de proyectos que se vienen discutiendo hace años en reuniones, porque el INTA tampoco es que genera su línea de trabajo en forma autómata sino que constantemente está en vínculo con las organizaciones de productores», detalló Sebastián Fajardo. «Todos los trabajadores y trabajadoras estamos haciendo asambleas y estamos en estado de alerta y movilización, porque lo que vemos es que no hay una modernización del INTA como planteó Manuel Adorni en su conferencia de prensa hace un par de días. Lo que hay es un desguace, un vaciamiento y una destrucción de una institución con una gran jerarquía a nivel internacional y latinoamericana. Solamente por una cuestión ideológica, porque asumió un gobierno que dice que todo lo que tenga que ver con el Estado hay que destruirlo, no sirve para nada».