El chocolate vuelve a ser medicina

cocoa-beansEl origen, conocimiento y consumo del chocolate se remonta a las tribus olmecas de Mesoamérica, 3.000 años atrás, quienes fueron los primeros en domesticar el árbol del cacao.
Inicialmente, el chocolate era consumido en forma de bebida: se molían las habas de cacao, se agregaba agua y aromatizaba con especias y hierbas. Se acostumbraba beberlo en diversas actividades religiosas y se utilizaba como ofrenda a dioses. Su empleo como medicina para tratar las infecciones también era habitual. Los mayas le dieron igual uso pero fueron un poco más osados a la hora de preparar esta bebida: incorporaron maíz, semillas de sapote, vainilla, una planta aromática con sabor similar a la pimienta negra y chiles molidos secos. Y, además, comenzaron a usarlo como moneda. Posteriormente, el chocolate llegó al Imperio Azteca, donde se continuó su uso en la medicina, como moneda y por supuesto como bebida reservada a las élites y a los guerreros. Los aztecas servían el chocolate frío y mezclaban la bebida con oro, plata o maderas nobles. El cacao pulverizado se podía mezclar con agua o con harina de maíz y también le agregaban chiles molidos secos, vainilla y especias aromatizadoras.
chocolate-oaxacaUna vez descubierto por los conquistadores, el cacao fue asimilado rápidamente en las sociedades europeas. En un principio, fue incorporado como un alimento medicinal y luego, con el propósito de lograr mayor aceptación, se cambió su sabor: el primer paso fue la dulcificación y aromatización con el agregado de vainilla y canela. El placer y disfrute de esta bebida estaba reservado a las clases privilegiadas, era costumbre tomar chocolatadas durante las visitas sociales y en la celebración de grandes eventos.
A mediados del Siglo XIX el chocolate se solidifica reinventándose para crear diferentes oportunidades de consumo. Las novedades fueron las primeras elaboraciones confiteras de chocolate sólido: bombones, pralinés y barras de chocolate, entre otros. Esta transformación fue oportuna, ya que el surgimiento y creciente popularidad de otras bebidas como el café comenzaba a rivalizar con el chocolate caliente. Se originó así un momento de esplendor para el chocolate: su nueva condición sólida tenía un punto de fusión cercano a la temperatura corporal y esto permitió que se deshiciera en la boca, lo que produjo la aparición de una nueva sensación de texturas.
Las reinvenciones que sufrió el chocolate a lo largo de la historia, a medida que se expandió en el mundo y se introdujo en las diferentes sociedades y culturas, dieron lugar a los cambios en su composición química y nutricional.
chocolateExiste una gran cantidad de mitos e interrogantes alrededor de este alimento. La disyuntiva acerca de si tiene beneficios para la salud o si debería evitarse su consumo por el alto contenido en azúcares y grasas saturadas y, por consiguiente, alto aporte calórico, todavía está vigente. La respuesta a estos planteos es concreta y sencilla: el consumo debe ser moderado y selectivo. Con esto me refiero a que, para poder beneficiarnos del consumo del chocolate, debemos elegir aquellos que tienen un contenido de cacao mayor o igual al 70%, sean amargos y tengan un bajo contenido de leche y aditivos. La presencia de cacao en un porcentaje elevado es importante, ya que es ahí donde residen los polifenoles, principalmente flavonoides. Estas sustancias químicas participan en la prevención de las enfermedades cardiovasculares por su poder antioxidante. El consumo de chocolate con leche o el chocolate blanco no muestran los mismos efectos beneficiosos, por lo cual a la hora de elegir debemos seleccionar un chocolate amargo. Y, desde ya, ser moderados, debido a que un exceso de calorías sería privativo de estos beneficios al derivar en un exceso de peso, contraproducente para este tipo de enfermedades.
Todavía no hay un consenso sobre la cantidad óptima a consumir, pero está claro que los beneficios se observan dentro del marco de una alimentación y peso saludable.