«El femicidio es la punta del iceberg»

Este viernes en el Noticero dialogamos con la periodista Marina Mariasch, integrante del colectivo que encabeza la campaña Ni Una Menos, que este 3 de junio conmemora su séptimo aniversario y convoca a una nueva marcha contra los femicidios en Argentina.

«Nosotras hicimos el primer Ni Una Menos en 2015 con una consigna muy básica: ‘paren de matarnos’. Quizás, por esa simpleza, tuvo tanta convocatoria. Eso nos permitió ampliar los horizontes y empezar a pensar en cómo se construye esa violencia que termina en la forma más extrema que es el femicidio. No se llega de un día para el otro, es algo que se construye culturalmente desde las violencias menos visibles, como los micromachismos (por ejemplo, cuando en una reunión te mandan a hacer café, o no te ponen atención a lo que decís, las bromas, las descalificaciones) avanzan hasta la violencia mediática, simbólica y los malos tratos, la violencia psicológica y violencia económica, se acumulan hasta llegar al femicidio. Por eso se habla de un iceberg o de una pirámide, porque en la punta está lo más visible, que es el femicidio. Dejamos pasar lo que sucede todos los días, por eso es tan importante frenarlas antes», detalla Mariasch.

«Creo que un gran mérito que tuvo la primera convocatoria fue que se empezara a hablar del tema en las mesas familiares, en los medios, en todos lados. El tema de género ya estaba en agenda, el movimiento del feminismo en Argentina tiene una larga historia», explica la activista, y recuerda que «empezaron a surgir demandas que dieron lugar a la salida de leyes como la de identidad de género, de matrimonio igualitario y derechos humanos».

Finalmente, advierte que «seguimos con la lucha porque hace un par de días salió un informe que muestra cifras de femicidios en 2021 y disminuye apenas un poquito en relación a años anteriores. Esto nos da una pauta de cómo va calando en la sociedad, pero la diferencia pasa a ser que matan a una mujer, lesbiana, travesti o trans de cada 30 horas a cada 35 horas. Sigue siendo notorio y grave. Un enorme porcentaje, casi el 90%, son vinculados: fueron perpetrados por familiares, conocidos, parejas o exparejas de la víctima».

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