El fin del mundo 2.0

“Dejar el mundo atrás” es un nuevo esfuerzo por pensar un apocalipsis posible, aunque sin aferrarse al imaginario zombie o a la distopia adolescente.

Desde la mente de Sam Esmail, las preocupaciones están sembradas en la tecnología y en su uso, algo ya visto en su serie “Mr. Robot”. Una pareja con sus hijos deja la ciudad de New York para pasar unos días en Long Island, a partir de un plan espontáneo armado por Amanda (Julia Roberts, en modo cínico), la madre y la capitana de la familia. El padre, Clay (Ethan Hawke), es un hombre desdichado, abúlico y carente de ideas propias. El lugar elegido es una casa idílica, hallada en uno de estos sitios de alquileres temporarios. Durante una noche, un hombre (Mahershala Ali) y su joven hija (Myha’la) se les aparecen presentándose como los dueños de la casa, con la idea de quedarse después de un supuesto desperfecto automovilístico. Primero aflora la desconfianza y, luego, la paranoia de los inquilinos, cuando descubren la falta de internet y de las vías de comunicación. Algo sucede a nivel global, pero solo saben unos retazos. ¿Se trata de un ataque terrorista? ¿De un hackeo? ¿Simplemente una falla humana?

Esmail coquetea con los posibles escenarios ya vistos en este tipo de relatos, donde aparecen los carteles de “esto es una transmisión de emergencia” o el estereotipo de un personaje que ya sabía de antemano lo que iba a ocurrir y que se armó un bunker. Su interés, sin embargo, está ubicado en los comportamientos humanos ante una situación extraordinaria de esta clase.

Mientras a Amanda la paranoia se le sube al extremo, a su marido no le parece algo malo ver el fin del mundo tirado en una reposera tomándose un vino caro. Por el otro bando, la mujer del dueño de casa está en un vuelo de regreso, lo que dispara una preocupación intensa en su hija. Es así que se juega a la puesta teatral de enfrentar a la pareja, por un lado, contra el padre y su hija. Hay una ironía sobre los cambios en las dinámicas sociales, por ejemplo, en el “préstamo temporario” de una casa con su legitima ocupación contra el pedido humanitario por parte de los dueños de la propiedad, frente a un hecho sin precedentes.

Si bien se traza una mirada caleidoscópica de actitudes y miserias, todo se reduce a una simple cartilla de muestra gratis, incluyendo en esta modalidad a ese “fin del mundo”, limitado a unos pocos momentos de incertidumbre regado a cuentagotas sobre distintos personajes. Esto último hace que algunos sepan lo que otros no, y la poca información (entre ellos) la conozcan parcialmente.

La última secuencia, construida magistralmente desde la puesta de cámara y la tensión dramática, podría haber sido el inicio de la historia y, para cuando se esboza el posible final, todo resulta ya demasiado tarde.

“Dejar el mundo atrás” de Sam Esmail cuenta con las actuaciones de Julia Roberts, Mahershala Ali, Ethan Hawke, Myha’la y Kevin Bacon, y puede verse en Netflix.