El hombre de los golpes

Entre tantos documentales distribuidos por plataformas -y algunos menos por canales de televisión- aparece un recorte sobre la vida de Sylvester Stallone.

“Sly” es un recorrido construido en base a la sombra de Rocky Balboa, el personaje por antonomasia del actor, director y productor. Desde su infancia conflictiva (por los golpes y tormentos de su padre) hasta la cúspide en Hollywood. En poco más de una hora y media, Stallone reflexiona desde el punto en el que lo encuentra el documental: una suerte de memorias orales puestas en un discurso solitario, porque así se lo muestra, en el medio de una mudanza donde no faltan planos detalles de cuadros de su autoría, estatuas de sus personajes y alguna otra memorabilia.

El camino siempre fue sinuoso, en sus comienzos como actor solo encontraba trabajos de extra y, con suerte, algunos bolos en donde hacía de matón o delincuente de poca monta. Tras varias frustraciones descubrió que él mismo debía contar su historia, es así que comenzó a escribir. “Rocky” es una mezcla de experiencias personales y, también, de la biografía de Chuck Wepner, un vendedor y boxeador amateur quien pudo soportar 15 rounds frente a nadie menos que Muhammad Ali. Esta última parte no aparece en “Sly”, por omisión o por decisión. Lo importante es que Stallone apostó su vida al desafiar a los estudios MGM (donde le ofrecieron comprarle el guion para darle el protagónico a Ryan O’Neal), porque sabía que la única oportunidad podía estar presentándose en ese momento. Finalmente, logró el papel. El resto es historia.

La idea principal del documental es deconstruir la idea de un hombre hecho a sí mismo, como consecuencia de una búsqueda incansable de la chance dorada. Stallone no cuenta su historia linealmente ni de forma progresiva, traza saltos al pasado para retomar la relación turbulenta con su padre a lo largo de los años, incluso, hasta su lecho de muerte. El ejemplo más ilustrativo está en el famoso incidente de un partido de polo en el que se enfrentaron y casi termina en tragedia para el actor. Como compañía y complemento, casi a modo testimonial, están las declaraciones de su hermano Frank, quien no tuvo la misma suerte para triunfar en el mundo del espectáculo (algo que él mismo desliza fugazmente). De cine hay más arrepentimientos que lecturas positivas, en especial de las películas hechas durante la década de 1990, en la que dice haber buscado papeles con pocos diálogos, hasta un intento por legitimarse como actor dramático en “Tierra de policías”, donde reconoce un gesto de Robert De Niro como compañero de escena. Probablemente, sacando a Talia Shire y Arnold Schwarzenegger, el único reconocimiento a alguien con nombre y apellido, prácticamente no se mencionan nombres de directores, ni productores ni de ningún otro rol durante el documental.

Si hablamos de Arnold, su miniserie de tres capítulos estrenada hace unos meses presentaba a otro tipo de hombre, uno que se construyó solo, pero con un camino mucho más allanado hacia el éxito. A diferencia de Sly, siempre tuvo dinero y alcanzó sus objetivos: el de ser el mejor fisiculturista del mundo, convertirse en un héroe de acción y hasta alcanzar el máximo cargo político permitido para un extranjero en Estados Unidos, mientras que su colega debió presentar pelea incluso al alcanzar la cúspide con “Rocky”. En ambos casos, el recorte los favorece, no obstante, se observa un rasgo de honestidad más transparente en “Sly” que en “Arnold”. Las apariciones de Quentin Tarantino y de Henry Winkler (colega y viejo amigo) refuerzan y hasta contradicen la mirada por demás exigente de Stallone acerca de su carrera.

La marca de una niñez dura, la adultez moldeada a los golpes y un estrellato obtenido también a la fuerza, conjugan a un hombre viejo con moretones despidiéndose. Basta con leer la letra de “Come on Up to the House” de Tom Waits, canción con la que cierra el documental.

“Sly” de Thom Zimmy cuenta con testimonios de Sylvester Stallone, Talia Shire, John Herzfeld, Frank Stallone, Henry Winkler, Quentin Tarantino y Arnold Schwarzenegger, y puede verse en Netflix.