El mundo se puso raro

Argentina es campeón del mundo y los políticos no perdieron oportunidad para sacar a relucir sus garras y colmillos en búsqueda de la mejor tajada en la previa a un año electoral.

Desde el Gobierno Nacional hicieron todo lo posible para tener la foto del equipo desde el balcón de la Casa Rosada, ya sea con o sin Alberto Fernández. Pero no hubo caso, es más, Wado de Pedro los fue a recibir al aeropuerto y le pasaron todos por delante sin darle pelota. Ddicen que hasta se escuchó que alguno le dijo «andá pa’ allá, bobo».

El presidente Alberto Fernández trató de explicar que no estaba enojado ni ofendido por este corte de rostro y aclaró que «durante su gobierno se ganaron tres copas». Bien, Alberto, parece una pelotudez pero lo podés usar para tu plataforma electoral: «Te cago de hambre, soy un boludo, me manejan el gobierno, pero te garantizo unas copitas con la selección».

Uno que no pudo evitar su enojo fue el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, que dijo que intentó hablar con Claudio «Chiqui» Tapia pero que no le entendía nada porque estaba borracho. Por lo menos tiene el justificativo de que es campeón del mundo, Aníbal no te puede organizar ni el desfile de un corso en Tupungato.

Después estuvo el maravilloso operativo de seguridad para trasladar a los jugadores que 5 minutos después de haber bajado del avión casi les corta el marote con un cable de alta tensión a Lionel Messi, Ángel Di María, Leandro Paredes, Rodrigo De Paul y Nicolás Otamendi. Por suerte, al otro día se redimieron y el micro que originalmente tenía un recorrido, lo tuvo que cambiar 4 veces, ya que no contaron con que 5 millones de personas iban a salir a las calles después de que el Gobierno dictara el feriado el día anterior a las 7 de la tarde. Todo muy ordenado y programado, como vienen haciendo con todo.

Los jugadores debían ir hasta la Avenida 9 de Julio donde estaba el grueso de la gente, pero en 4 horas no habían podido llegar ni a la General Paz, los jugadores estaban insolados, el micro no tenía baño y la gente se tiraba de cabeza desde los puentes para estar con ellos. Conclusión: bajaron los helicópteros de Prefectura, los rescataron, les mostraron la fiesta que era la Ciudad de Buenos Aires y los mandaron de vuelta a Ezeiza a ponerse Dermaglos.

Algunas postales que dejó esta fiesta popular, que ya se puede decir que es la más grande de la historia argentina, fue la de ver cómo según el medio que uno veía era una fiesta o un caos. TN era alegría, mientras que C5N (ofuscado por la negativa de los jugadores) se dedicaba a mostrar los destrozos.

Por último, una mención especial a Horacio Rodríguez Larreta que se fue a la 9 de Julio con un grupo de actores que oficiaban de hinchas mientras lo rodeaban y él saltaba y festejaba para Tik Tok sin que nadie lo pudiera fajar.

Lamentablemente, cuando baje la espuma mundialista no nos va a quedar otra que afrontar la realidad y una interesante es que la desocupación subió al 7,1% en el último trimestre, pero bueh… ¡dale, campeón!

Linda jugadita le hizo la Corte Suprema al Gobierno como regalito de Navidad, ya que en el marco de la discusión por las coparticipaciones le ordenó devolverle partidas a la Ciudad hasta que se defina el reclamo por la quita de fondos, es decir, poniendo estaba la gansa.

El ex mufa, Mauricio Macri, no se quiso perder la oportunidad y volvió a destilar su miseria clasista diciendo que «el fin del populismo está cada vez más cerca». Ojo, «Mauri», que vos alimentaste muy bien al populismo durante 4 años y los vas a necesitar para volver.

Por su parte, el gobernador que más siente que le van a meter la mano en el bolsillo es Axel Kicilloff, quien sostuvo que «el fallo sobre la coparticipación es una verdadera inmundicia, una decisión partidaria», contraria a todas las decisiones inmundas y partidarias que toma el oficialismo.

La líder social presa, Milagro Sala, sufrió una nueva trombosis y exigen que sea trasladada a una clínica de Jujuy. Sí, leíste bien, clínica privada, nada de hospitales públicos, porque vieron que ahí se llena de «negros».

Por su parte, Alberto Fernández descartó un indulto presidencial a Milagro Sala, principalmente porque no puede, ya que es una potestad del gobernador Gerardo Morales. También aclaró que no puede meter preso a Vladimir Putin ni manejar la economía norteamericana.

Por último, los festejos locos dan para todo, incluso si de un subcampeonato se trata, ya que en un hospital de Francia llegó un hombre de 88 años con una bomba de la Primera Guerra Mundial metida en el culo. Se ve que el AK 47 era para principiantes.