El mundo se puso raro

Finalmente, se realizaron las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO) y sucedió lo que nadie esperaba y, al mismo tiempo, pasó lo que todos esperábamos. Lo más loco fue que ganó Javier Milei y lo más normal es que se fue la economía a la mierda como todos sabíamos que iba a ocurrir.

Sí, señor, el deforestado mental y oligofrénico de Javier Milei quedó al frente como «dios supremo de La Libertad Avanza», acarreó a muchos más fieles de lo que nadie esperaba y dejó culo para arriba a toda la “casta”. Sacó más del 30% y en segundo lugar quedó Juntos por el Cambio y en tercero el oficialismo.

La interna de Juntos por el Cambio dejó más sangre de la esperada… no solo no les alcanzó para ser primeros como suponían sino que, además, Horacio Rodríguez Larreta perdió por casi 6 puntos con Patricia Bullrich, convirtiendo su campaña en la más cara e inútil de la historia y transformándose en un latente cadáver político. En el mismo velorio van a despedir a María Eugenia Vidal que, a último momento, se la jugó toda y se subió al Titanic.

Tercero en la lista por los presidenciables quedó Sergio Massa con aproximadamente 22%. El candidato del que nadie esperaba nada nada hizo y ahora tiene que salir a buscar el voto de Juan Grabois, Guillermo Moreno y de los 10.000 votantes que eligieron quedarse en la casa, antes de votar a uno de estos impresentables o comer un asado.

Entonces, podemos concluir que de acá a octubre tenemos que ver a cuál elegimos para que siga fundiendo al país. Está jodido: tenemos a un megalómano autoritario sin aparato político que se asesora por sus perros, un astrólogo y su mayor proyecto es incendiar el Banco Central y hacer plebiscito por todo. Por otro lado, tenemos una mujer influenciada por el vino de alta alcurnia que pasó por todos los colores políticos e ideologías con tendencia al autoritarismo militar y, por último, está un panqueque de la UCeDe que ahora pertenece a un partido al que prometió combatir y meter en cana, es incapaz de bajar la inflación como ministro, pero seguro que como presidente lo va a hacer.

Lo interesante es que ya empezó el tiroteo por el voto fascista entre Patricia Bullrich y Javier Milei. Este fue el primero que salió con los botines de punta diciendo que la «Piba» es una copiona de ideas delirantes, le recordó que es una montonera clavadora de puñales por la espalda y la trató de socialista y de segunda marca y, por último, de paso le tiró un palito al marido. Bullrich recogió el guante y salió a decirle que no se meta con su marido porque ella no habla de su hermana. Es decir que lo otro no le jodió, solo eso.

Entre todas las cuestionables propuestas de Milei, una de ellas es eliminar el Ministerio de Medio Ambiente, ya que entre otras cosas explicó que el cambio ambiental es una mentira. Lo más curioso es que en la Antártida ganó él… muchachos, después no rompan las pelotas con que se le derriten los rolitos.

A Javier Milei rápidamente lo llamaron del Fondo Monetario Internacional (FMI), para saber quién es este «loquito» y él ya salió a decir (con un tono un poco golpista) que está para asumir ya. Si es por él ni hace falta seguir votando.

Para arrancar la semana post debacle electiva y bajo la excusa de adaptarse a los resultados, el Gobierno clavó una devaluación del 20% que vino acompañada por una catarata de aumentos en servicios y en todo lo que se te ocurra, un dólar blue que se fue a 800 y, oh casualidad, es lo mismo que había pedido el FMI.

Ojo que también pensaron en el pueblo y llamaron a los supermercados para pedirles que no aumenten los precios. Todavía se están cagando de risa y lo sacaron a Matías Tombolini de la Secretaría de Comercio y lo pusieron en su lugar a un tal Guillermo Michel para que siga fracasando.

Aunque no lo recuerdes, hay un tipo que aún oficia como presidente, pero nadie sabe en qué anda, así que mandaron a su vocera Gabriela Cerruti a hacer papelones por él. En esta ocasión pidió perdón a los votantes por la derrota y, en un análisis sociológico digno de una mesa de bar en Barracas tipo 3 de la madrugada de un martes, sostuvo que “los votantes de Milei no tienen dificultades económicas”. Ahora debería analizar las razones por la que los pobres deberían votarlos a ellos.

Disfrutemos de la inflación de julio, porque dicen que la de agosto va a ser del 14% y de ahí para arriba. Entre los datos de color de la jornada electoral estuvo el voto electrónico, del que todos decían que no iba a funcionar y efectivamente no funcionó. Testigo de eso fue la candidata Bullrich que, según ella, tuvo que votar 7 veces, le tuvieron que cambiar la máquina y le salía otra cosa cuando votaba. También está la opción de que es una inútil o que es una mala leche que usó la ocasión para tirarle mierda a su competidor por jefe de gobierno.

Finalmente, El Dipy le ganó a Juntos por el Cambio en La Matanza aunque, así y todo, no le pudo ganar al peronismo. Es decir, está mal pero no tan mal.