El mundo se puso raro

Transitamos semanas definitorias en los puteríos, alianzas y traiciones dentro del oficialismo y en La Libertad Avanza, por suerte, nos vamos a sacar de encima al títere de Cristina con la promesa de tener al títere de Macri.

Sí, señoras y señores, por más que intentan negarlo y despegarse del macrismo, Javier Milei se transformó en el juguetito del expresidente, que usará para poder mantener cierto grado de influencia política y evitar desfilar por Tribunales.

El líder de los liberaludos insiste con que la manija la tiene él y que la dolarización es un hecho si llega a ganar, sosteniendo: «No se negocia ninguno de los puntos de mi política económica», sin embargo, se habría filtrado que Mauricio Macri le quiere embocar a Federico Sturzenegger y Nicolás Caputo, los dos fenómenos que formaban parte del “mejor equipo de los últimos 50 años”, que nos endeudaron hasta el culo y… ah, no nos olvidemos que «Sturze» también nos fundió en 2001. La tercera es la vencida, dicen.

Desde “Juntos por Cambiar a La Libertad Avanza” le bajaron el pulgar a todos los pelotudos mediáticos como Lilia Lemoine, Ramiro Marra o Benegas Lynch que, cada vez que salían al aire, se pegaban un tiro en la pata. Es por eso que ahora la vocera de Milei, Diana Mondino, y eventual canciller, salió a hablar nuevamente de la venta de órganos. Esta vez la consideró “mercado de órganos” y dijo que es un “mercado fantástico”, donde en teoría no se pagarían y se entregarían a los necesitados. Es decir, lo mismo que hoy hace el INCUCAI.

A Mondino le pareció que no había dicho suficientes pelotudeces y, por eso, también propuso que los ciudadanos de barrios humildes se organicen entre ellos, pongan dinero y se paguen las cloacas. También podrían poner a alguien encargado de administrar la plata que ponen para servicios públicos y llamarlo Intendente o Gobernador.

Esta bajada de calzones de “el loco de la motosierra sin filo” armó lindo puterío puertas adentro del partido y varios legisladores libertarios rechazaron el pacto Milei-Macri en un comunicado, pero como son muy cagones, pocos lo ratificaron y otros se hicieron los boludos, no sea que no puedan morder del queso de la casta.

Desde la vereda de JxC, esta jugada también hizo ruido y uno que salió a plantar bandera fue un fundamentalista del PRO como, Pablo Avelluto, exministro de Cultura de Mauricio Macri, que dijo: «Probé la droga del anti kirchnerismo rabioso, pero un día la dejé». Ahora debería dejar de probar las harinas. Siguiendo con esta línea, dijo que su límite es Milei y que Macri pasó uno por el que la historia lo va a juzgar. Hermano, este muchacho ya es inimputable.

Hablando de Mauricio Macri, esta semana largó a pura campaña a favor de la peluca libertaria e hizo lo que nunca se vio hacer por Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, salió a bancar fuerte por todos los medios amigos y le pegó al actual Ministro de Economía por su proceder: “Massa hace política oscura y mafiosa”. Bueno, hay que tener la cara de piedra, Mauricio, traicionaste a tus candidatos y a tu partido en menos de una hora.

La que no quiere quedar como una tibia ante Milei es la ahora exopositora y ahora colaboracionista Bullrich, que salió a pedir que «explote todo antes del 19”, pero después se desdijo y sostiene que la malinterpretaron. Claro, donde ella dijo “explote todo” en verdad quería decir “que se mueran todos los negros de mierda que votan a otros que no sea yo”.

Los que le están jugando a favor al candidato oficialista, Sergio Massa, son los muchachos de la Cancillería argentina, que de la mano de Santiago Cafiero condenaron el ataque israelí a Hamas, y «Sergito» no tuvo otra que volver a poner su mejor cara de póker y desmarcarse rápidamente de un gobierno al que él pertenece.

Por último, el Papa Francisco fue consultado sobre quién era mejor, si Diego Maradona o Lionel Messi y el «santo bufarra» salió a decir que el mejor del mundo fue Pelé. Al final Milei tenía razón, es “el maligno en la Tierra”. Igual otra cosa no se podía esperar, era obvio que la Iglesia iba a estar del lado de alguien que “debutó con un pibe”.