El paro que no fue

Durante unos días vivimos pensando en cómo haríamos para ir a nuestro trabajo, a estudiar o simplemente a lo de algún amigo. No habría colectivos, la Unión Tranviarios Automotor había decidido realizar una huelga por 24 horas y los motivos eran un reclamo salarial y dudas sobre la continuidad laboral de 5 mil trabajadores.
El secretario general de la UTA, Roberto Fernández, había rechazado la propuesta del Gobierno de un 28% de aumento y pedían una alza del 35 por ciento.
«No hemos tenido ninguna noticia del sector empresario. A partir de enero tuvimos las paritarias y, debido a que a ellos les dan un subsidio, decidimos esperar un mes, dos meses, hasta que los empresarios arreglen el nuevo porcentaje del subsidio con el Gobierno. Y hasta la fecha no tuvimos ninguna solución. Ahora dijimos basta», señaló el sindicalista.
Tras la amenaza del cese de tareas, desde el Gobierno se dedicaron esfuerzos a tratar de impedir que se concretara la medida de fuerza y se mantuvieron diálogos y reuniones a lo largo de todo el día martes. El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, había llamado a la «racionalidad» y al «sentido común» a los dirigentes sindicales. Al respecto, el funcionario dijo que con este tipo de medidas se perjudica «sobre todo a los que menos tienen», y remarcó el «esfuerzo» que hace el Estado nacional «con recursos» que destina al transporte público y que «no tiene precedentes en la historia» del país. “El transporte público es inclusión, distribución de ingresos, y está pensado para los que menos tienen», aseguró Randazzo.
A la mañana, Fernández informó que la reunión con los funcionarios de la cartera laboral pasaba a un cuarto intermedio hasta las 18, a la espera de la buena «predisposición» del sector empresario para «encontrar una solución» al conflicto. Además, manifestó la intención del sindicato de lograr una solución. A la tarde el Ministerio de Trabajo, a cargo de Carlos Tomada, dictó la conciliación obligatoria por un lapso de 15 días hábiles. También se enviarán inspectores laborales para controlar «el cumplimiento de la medida y el funcionamiento de los servicios».
Tras el anuncio de la conciliación, Fernández informó la suspensión de la huelga por lo que, finalmente, hubo colectivos. Igualmente, el gremialista explicó que los reclamos de la UTA «nada tienen que ver con los subsidios» al transporte. «Lo que el gobierno haga con los subsidios es un tema del gobierno. Lo importante fue empezar a conversar», manifestó.
Por otra parte, el jefe de la UTA señaló que las negociaciones se realizan en el marco de las paritarias y consideró que el incremento del 30% es por el término de un año. “Pedimos un 30 por ciento porque el sueldo quedó muy rezagado, ya que el promedio de un conductor es de 8.900 pesos», afirmó Fernández.
Por esta vez tuvimos servicio de colectivos, y durante dos semanas no podrán realizar una huelga. Veremos cómo siguen las negociaciones y esperemos no quedar rehenes de una protesta.