Las fuerzas militares de Estados Unidos, por orden expresa de su presidente Donald Trump, asesinaron en la madrugada del viernes al general iraní Qasem Soleimani a la salida del aeropuerto de Bagdad.
Con un total de cinco víctimas fatales, entre las que se encontraba el comandante iraquí Abu Mahdi al Muhandis, desde el Pentágono comunicaron que el ataque letal con drones se produjo «a dirección del presidente, las Fuerzas Armadas tomaron una decisiva acción para proteger al personal estadounidense en el exterior al matar a Qasem Soleimani», como consecuencia de las protestas frente a la Embajada norteamericana en Irak las cuales, tal como señaló Mark Esper (secretario de Defensa estadounidense) fueron impulsadas por el gobierno iraní. «El ataque estaba destinado a disuadir futuros planes de ataque de Irán. Estados Unidos seguirá actuando como considere necesario para proteger a nuestra gente y nuestros intereses, dondequiera que estén», alertaron desde el Pentágono.
Vale mencionar que el reclamo en la embajada producido días atrás fue contra el bombardeo de bases vinculadas a Kataeb Hezbollah en Irak y Siria, que dejaron como consecuencia una veintena de muertes.
Al respecto, desde Estados Unidos declararon que esta ofensiva había sido la respuesta a uno previo contra una de sus bases militares en Irak, que provocó la muerte de un civil americano. «Los ataques contra nosotros se encontrarán con una respuesta en el tiempo, forma y lugar de nuestra elección», respondió Esper, que además exigió «al régimen iraní que termine con sus malignas actividades».
De esta manera, con la muerte del «héroe nacional» Soleimani el año tendrá su primera escalada bélica, ya que el ayatola Alí Jamenei, líder supremo de Irán y a quien el general asesinado reportaba de forma directa, prometió una «venganza severa contra los criminales».