Inicio con tensiones

Al cumplirse un año de gobierno del presidente Joe Biden en los Estados Unidos, la prensa y la sociedad en general creían que su administración sería exitosa y muy diferente al de su anterior mandatario, Donald Trump. Sin embargo, en lugar de revoluciones de la diversidad y en materia económica, laboral y de derechos, el mundo está mostrando una cara que ya vimos en otros tiempos, y no solo Biden sino que el planeta vive en los inicios del 2022 una nueva historia de peligro inminente hacia la humanidad.

La reunión que mantuvieron el último viernes en Ginebra bajó las tensiones que había entre el Kremlin y la Casa Blanca sobre una eventual crisis en Ucrania. Sin embargo, este martes 25 de enero la alerta máxima volvió a encenderse, pero esta vez del lado ruso. El Pentágono ordenó movilizar alrededor de 8.500 soldados sobre las zonas aledañas de los países aliados a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y esto se vio como una amenaza sobre el ejército ruso.

La última semana, Rusia movilizó alrededor de 100 mil hombres sobre las fronteras con Ucrania en el lado Este tanto como en la zona de Bielorrusia, asediando al país ucraniano y poniendo en situación de riesgo la estabilidad que rige en esa región. Para el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, este movimiento hace pensar nada más y nada menos que Rusia se prepara para una invasión sobre Ucrania. El representante realizó un viaje a Kiev demostrando su apoyo en este conflicto hacia los ucranianos y advirtió a Vladimir Putin que Rusia pagará un alto costo su intromisión con Ucrania.

Además, advirtieron desde la Casa Blanca que cualquier cruce de frontera hará que la respuesta de Estados Unidos y sus aliados sea implacable contra Rusia, así como también las sanciones económicas serian devastadoras, un plan que ya empezaron a elaborar entre Estados Unidos y Canadá, en caso de que la invasión se concrete.

Precisamente, Blinken inicia su apoyo a Ucrania con un viaje a Kiev y advierte a Rusia que pagarán con un alto costo su intromisión con el pequeño país de Europa, algo que había sido desmentido días atrás. El conflicto se inició hace años atrás cuando entre otros puntos el acercamiento de Occidente a través de la OTAN y su pedido de sumar a Ucrania y Georgia en 2008 se vio como una provocación hacia Rusia, sin embargo, este pedido no avanzó. Años más tarde la Unión Europea también tuvo planes de sumar a Ucrania a su estructura, a lo que desde Rusia nuevamente vieron como una advertencia más severa y por ello comenzó una serie de movimientos en las fronteras. Asimismo, tuvo más causas el hecho de que al día de hoy estemos en esta situación que, por momentos, se vuelve más y más tensa.

Actualmente, con la movilización de soldados norteamericanos en los países cercanos al territorio en conflicto, se ve más latente un posible conflicto ruso-ucraniano. Es por esto que Francia y Alemania convocaron a los cancilleres de Ucrania y Rusia a dialogar con ellos para buscar una salida más amena para ambas partes, sin tener que recurrir al conflicto bélico, que sería el último recurso y que tendría consecuencias imposibles de predecir.

En las últimas horas, Estados Unidos ordenó a sus diplomáticos a abandonar el país ucraniano y esto hace pensar que la situación bélica puede ser inminente en las próximas semanas. Vimos movimientos de tropas, movimientos internos y salida de diplomáticos, y esto recuerda a diversos conflictos en los que Estados Unidos estuvo anteriormente involucrado. En los próximos días podremos ver si la tensión sigue creciendo con un posible desenlace dentro de territorio ucraniano.

Un conflicto de esta magnitud podría escalar sin medidas y llevar a una guerra muchísimo más grande de lo que se pueda imaginar, son muchos los países involucrados de un lado y otro. Para poner sobre la mesa, Estados Unidos junto a la OTAN tiene a naciones como Gran Bretaña, España, Canadá, Alemania y Francia, entre otros. Por el lado de Rusia, estos no están solos, si bien muchos países de la ex Unión Soviética participan en menor escala, la alianza con China e Irán también jugará un papel fundamental en un posible ataque. El acorralamiento de Ucrania lleva, en menor medida, a un recuerdo de la invasión de Alemania en la Segunda Guerra Mundial sobre territorios belgas y franceses, asomándose sobre la costa que mira a Gran Bretaña. Si bien son épocas diferentes, esta tensión y este «juego de ajedrez» puede ser un desequilibrio a gran escala en el tablero mundial.

El mundo vive horas de incertidumbre sobre el futuro de este conflicto y, por momentos, se divisa una luz de paz y, por otros, los movimientos desde ambos lados hacen pensar que una guerra como la de los Balcanes, que pueda revivirse en el territorio ucraniano, pero a mayor escala y con un poder armamentístico impensado. Las próximas semanas serán claves para el final o comienzo de este conflicto que abre el 2022 con un escenario difícil para Occidente y Oriente, con la sombra de una guerra que puede ascender sin escalas y que puede tener gravísimas consecuencias de un lado y otro.