La emergencia es ley

El Senado aprobó, de manera unánime, la Ley de Emergencia Alimentaria por la cual se prorroga la emergencia alimentaria en Argentina hasta fines del 2022. La norma, que había recibido el respaldo de la Cámara de Diputados la última semana, fue aprobada por 61 votos a favor y ninguno en contra o abstención, mientras que hubo 11 senadores ausentes, entre ellos los principales candidatos a la vicepresidencia de la Nación: Miguel Ángel Pichetto y Cristina Fernández de Kirchner. Mientras que el primero adujo compromisos de campaña, Cristina se encuentra en Cuba visitando a su hija Florencia.

La iniciativa, que fue impulsada por la oposición con el acompañamiento del oficialismo, extiende el estado de emergencia alimentaria nacional implantado por la Ley 27.345 sancionada en 2016 y que vence el 31 de diciembre de 2019. La norma establece un «incremento de emergencia» como mínimo del 50% «de los créditos presupuestarios vigentes del corriente año correspondientes a políticas públicas nacionales de alimentación y nutrición».

Cruces y responsabilidad

Si bien el trámite de sanción de la prórroga fue bastante rápido, hubo algunos cruces en los debates. Desde el oficialismo, el presidente del bloque del PRO, Luis Naidenoff, cuestionó los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y señaló que «tuvieron tiempo, gobernaron 12 años con recursos, con commodities y con poder: tuvieron mayoría en ambas cámaras, gobernadores que los acompañaron, y un poder sindical y empresarial que también acompañó». El legislador expresó que «cuando uno asume en default, con cinco tipos de cambio, con una economía cerrada, con socios poco recomendables como Irán y Venezuela, y sin margen porque te dejaron sin reservas, ¿cómo financiás un Estado?». Naidenoff expresó que el oficialismo aceptó el desafío para «dar el debate sobre la pobreza» y recordó que la emergencia alimentaria está vigente desde hace 18 años. El senador también argumentó que el endeudamiento generado durante el macrismo se debe a los incrementos en las partidas destinadas a los planes sociales, «para no tirar a todos por la ventana».

Desde el bloque justicialista, el cordobés Carlos Caserío sostuvo que «esta ley nos interpela a todos los que tenemos responsabilidades institucionales. Estamos frente a una circunstancia trágica si en un país, que provee de alimentos a 400 millones de personas en el mundo, no resolvemos cómo alimentar a 15 o 20 millones de argentinos», y apuntó contra Cambiemos y manifestó que «erró en cómo administrar el Estado y en cómo aplicar la política económica, porque el hambre no es una catástrofe natural». «La única solución es que la Argentina crezca, que se recupere el trabajo y la producción regional y que se termine la fiesta financiera», finalizó el senador.

Por su parte, el presidente de la bancada de Unidad Ciudadana, Marcelo Fuentes, criticó la política económica del Gobierno y mencionó las promesas para proteger las medidas de asistencia social en medio de los planes de ajuste. «No poder darle de comer a los chicos cuestiona las bases no de un gobierno si no de una sociedad. Si el país todavía no arde es porque el pueblo tiene la esperanza de votar en octubre», remarcó Fuentes.

Otras voces opositoras fueron las de María de los Ángeles Sacnun, del Frente para la Victoria, quien afirmó que «estos ciclos de endeudamiento con fuga de capitales son los que terminan poniendo a la Argentina una y otra vez en estas situaciones de emergencia».

El formoseño José Mayans, del bloque justicialista, señaló su respaldo al proyecto pese a no estar de acuerdo porque, según dijo, «el 80 por ciento» de los fondos destinados a la emergencia «se lo lleva la Ciudad de Buenos Aires». También consideró que «el hecho de que Argentina se encuentre en esta situación es una verdadera tragedia si tenemos en cuenta la potencialidad de nuestros recursos naturales y la potencialidad en la producción de alimentos». «Es una circunstancia trágica que Argentina le venda alimentos a 400 millones de personas en el mundo y que no sepamos cómo resolver el hambre de 15 millones de argentinos», añadió y expresó que «no hay soluciones mágicas, más allá de quien gobierne, la única solución pasa por generar que la Argentina crezca».

Asimismo, Fernando «Pino» Solanas destacó que «por segunda vez en la historia contemporánea, la aventura del proyecto neoliberal termina en una hambruna, termina en desnutridos, termina en una tasa de indigentes enorme, y hoy 5 millones de argentinos comen una sola vez por día». El cineasta comparó la actual situación socioeconómica con la del 2001 y dijo que la administración de Mauricio Macri «está terminando con bastante similitud, aunque no se exprese en la forma que se expresó en 2001». «En un gobierno no puede haber mayor fracaso que tener un índice de pobreza como el que tiene la Argentina, siendo un país productor de una enorme riqueza alimentaria», remarcó Solanas y sostuvo que la ley «tiene sus límites y que quizá no sea del todo justa» pero subrayó que «la alimentación es un derecho garantizado por pactos internacionales y por el artículo 14 bis de la Constitución Nacional».

Finalmente, el diputado Leonardo Grosso del Movimiento Evita, reclamó que la ley sea reglamentada de inmediato. pidió que el Gobierno la reglamente hoy mismo. «El Poder Ejecutivo debe reglamentar la Ley de Emergencia Alimentaria hoy mismo, porque los y las argentinas que tienen hambre ya no pueden esperar más», sostuvo, y destacó que «en este caso la política en su conjunto entendió la grave crisis que provocó este Gobierno y que era necesario solucionar el problema de la falta de comida en las mesas».