A una semana del despido de Diana Mondino del cargo en Cancillería como consecuencia del voto de la República Argentina en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra el bloqueo de los Estados Unidos a Cuba, que solo tuvo la oposición de dos países (el norteamericano e Israel), esta semana asumió en el organismo Gerardo Werthein, quien no titubeó en aceptar la remoción de varios funcionarios.
Días atrás, el vocero Manuel Adorni y el mandatario Javier Milei dejaron en claro que el alineamiento ideológico con el presidente debe ser absoluto, por lo tanto, la salida de Mondino fue solo la primera en el Ministerio de Relaciones Exteriores. «Yo había definido que mi alineamiento era con Estados Unidos e Israel, nosotros teníamos que estar ahí», lamentó Milei en una entrevista televisiva en el programa de su actual pareja, «Yuyito» González.
De esta forma, Héctor Marcelo Cima, Gabriel Martínez y Ramiro Velloso son solo algunos de los nombres que «pagaron caro» el precio de no acatar directamente las ideas de Milei, a los que denominó como «impulsores de agendas enemigas de la libertad». El primero deja su puesto como secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Martínez no será más subsecretario de Negociaciones Económicas Internacionales e Integración, y Velloso deja atrás el cargo de subsecretario de Promoción de las Exportaciones y las Inversiones.
En consonancia con el patrullaje ideológico en Cancillería, desde Casa Rosada anticiparon el inminente cierre de varias embajadas en países que no son considerados prioridad para el Presidente. Estiman que pueden llegar a contabilizarse 40. «Viven una vida parasitaria y creen que 200 tipos pueden manejarles la vida a 8.000 millones y me parece una locura», vociferó Milei, y afirmó que «son traidores a la patria. Estamos viendo la forma de echarlos y hacerlos pagar. La política exterior la fija el Presidente, si querés hacer lo que te parece, tenés que ganar las elecciones», advirtió públicamente.