Era una de las promesas de campaña: que el día 11, el mismo de la asunción, sería la fecha cuando se levantaría el denominado cepo cambiario, que rondaba las discusiones y los anuncios de los funcionarios del nuevo gobierno.
Finalmente, el 16 de diciembre fue el día elegido para el anuncio por parte del ministro de Finanzas, Alfonso Prat Gay, quien señaló que «como prometimos en la campaña anunciamos el levantamiento del cepo» y remarcó que desde noviembre de 2011, durante «los cuatro años de vigencia del cepo, el peso tuvo una devaluación del 230%, el peso vale cuatro veces menos». También indicó que esta herramienta ahogó toda la economía y que el actual ministro de Defensa le informó que no tenía dólares disponibles para enviar el alimento a las bases en la Antártida.
Además, Prat Gay adelantó que se espera un ingreso en el «rango de 15.000 a 25.000 millones de dólares», lo que permite retrotraer la situación a noviembre del 2011. Este dinero provendrá de «varias vías de financiamiento». También explicó que «necesitábamos de un ingreso inicial de 10.000 millones de dólares para levantar las restricciones cambiarias», para acelerar el ingreso de divisas, a través de tratativas «con bancos extranjeros, cerealeras y empresarios argentinos que adelantarán fondos que tenían previstos para inversión».
Asimismo, Prat Gay destacó que el fin de la restricción era necesario para normalizar la economía. «Un sistema que llevaba cuatro años lo levantamos en 2 días hábiles. Cumplimos con la promesa de levantar el cepo en tiempo y forma. Es fundamental para que la economía vuelva a un sendero de crecimiento. El que quiera importar o exportar o comprar dólares lo va a poder hacer, nadie lo va a perseguir». Respecto de la cantidad de divisas que se podrán adquirir, Prat Gay señaló que se fijará «un tope de 2 millones de dólares por mes para personas físicas y jurídicas», como estaba estipulado hasta el último día de octubre de 2011, cuando se estableció el cepo. «Nos encontramos un problema grande y lo estamos resolviendo. Queremos volver a crecer para cumplir con el primer eje de la campaña de Cambiemos que es pobreza cero», añadió. Además, aclaró que en el caso de «operaciones comerciales nuevas no va a haber ningún límite», tanto para exportaciones como para importaciones.
Si bien evitó dar precisiones sobre cuánto iba a costar la moneda estadounidense, Prat Gay afirmó que el valor real del dólar no era el oficial, hoy por debajo de los 10 pesos. «El dólar valía los 14 y pico que marca el dólar Bolsa», destacó. Por otra parte, el titular de Hacienda ratificó que en el marco del acuerdo de intercambio de monedas con el Banco Popular de China se resolvió «transformar parte de las reservas en yuanes a dólares, no solo para comercio con China sino para otras finalidades».
El funcionario también mencionó las medidas tomadas en la última semana para poder terminar con las restricciones cambiarias, como la eliminación de retenciones para la producción agropecuaria, con excepción de la soja e industrias derivadas, en que se recortó al 30% el cobro de derechos de exportación, y la eliminación de retenciones para los rubros industriales. «No podíamos levantar el cepo sin eliminar antes las retenciones», manifestó.
Por otra parte, el Ministro se refirió a la posible crisis financiera que podría ocasionar el cumplimiento de los dólares a futuro, y precisó que «encarar esa bola de nieve de 17.000 millones de dólares vendidos en el mercado de futuros» fue resuelto «dentro de la ley y no se violó ningún contrato».
También remarcó que la AFIP va a retener en la fuente el 35% de esa ganancia a través de estos contratos en pesos, pero con la cotización del dólar oficial como referencia. «Van a ser ingresos directos a la Tesorería», aseveró.
Finalmente, Alfonso Prat Gay trató de llevar tranquilidad ante las posibles consecuencias económicas de esta medida. «Estamos trabajando para que diciembre sea un mes tranquilo. El gran objetivo es que la rueda vuelva a rodar, la economía no crece hace 4 años», señaló.
Las repercusiones
Tras el anuncio hecho por el Ministro de Hacienda, desde las diferentes veredas políticas y económicas salieron las voces de cuestionamiento o de respaldo.
Aldo Ferrer, referente económico del kirchnerismo, admitió la necesidad de «corregir el atraso cambiario» pero remarcó que «el gobierno eligió un camino drástico». «Había que corregir el atraso cambiario y fortalecer las finanzas públicas para proteger el empleo. Ya no era posible sostener el programa con un dólar barato y una situación fiscal desequilibrada, pero había caminos menos tensos», sostuvo Ferrer.
El economista evaluó y declaró que se podría haber desdoblado «el mercado cambiario con un dólar para turismo, otro para comercio… hubiera sido menos tenso». Al mismo tiempo sostuvo que «no había caos antes y tampoco va a haberlo ahora. El Gobierno pudo tomar la medida con recursos propios» y consideró que «apela a los fondos del país por las cerealeras». «No se recurrió a un salvataje ni a un arreglo condicional con los buitres. Está dentro de vivir con lo nuestro», agregó, pero alerto que «hay que ver cuál será el impacto en precios y salarios».
Por último, manifestó su esperanza en que el gobierno «pueda evitar que el aumento pase a los precios y se entre en una espiral inflacionaria».
Por su parte, el exministro de Economía, Axel Kicillof, sostuvo que lo hecho por el gobierno «s una devaluación, no tiene otro nombre. Estamos analizando el programa económico que de alguna manera se había preanunciado, absolutamente ortodoxo y en consonancia con lo que planteó siempre el Fondo Monetario Internacional».
«No es mucha sorpresa pero lo están llevando adelante de una manera prácticamente atolondrada. Lo que golpee al bolsillo de los trabajadores nos va a encontrar a nosotros del lado de la mayoría», indicó.
Desde el radicalismo, el presidente del Comité Nacional, José Corral, afirmó que la medida generará un «shock de confianza en la economía y en la gente» y permitirá mayores niveles de inversión y crecimiento. «El gobierno está tomando las medidas que vienen a corregir las malas decisiones que se tomaron en su momento y que trajeron una enorme cantidad de problemas e inequidades y falta de incentivos para la producción y para que la economía crezca», señaló Corral. Por otra parte, sostuvo que la liberalización del cepo «lejos de los pronósticos catastróficos que hizo el kirchnerismo antes de irse, generará un shock de confianza en la economía y en la gente», si bien aclaró que «habrá que tener toda una actividad de control respecto de los formadores de precios y sabemos que el gobierno a través del área de Producción está en el tema».
En consonancia con Corral, el expresidente del Banco Central y asesor económico de Daniel Scioli, Mario Blejer, dijo que las medidas son «muy positivas» y «bien encaminadas para poder atraer toda la inversión que se necesita». Blejer también remarcó que «la tasa de cambio no está determinada hoy en día, evidentemente la tasa oficial va a subir» y manifestó que «si los precios suben si me preocuparía» a la vez que señaló que «es posible que algunos precios vuelvan atrás si se han remarcado precios en forma preventiva».
Por su parte, el jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Héctor Recalde, dijo que la liberación de la compra-venta de dólares «no es levantar el cepo, es devaluación y pérdida del poder adquisitivo del salario».
Anteriormente, ante versiones de que no se iba a levantar el cepo, Recalde señaló que «hay que ver qué dice la clase media que quería viajar a Punta del Este y fue a votar a Cambiemos por esa mentira» y declaró que «hay que pelear ya, hoy, para demostrar la defraudación que significó la elección de Cambiemos. Las declaraciones de Prat Gay que dice que no van a levantar el cepo, vamos a ver qué dicen los compañeros que fueron engañados que los subsidios se iban a mantener. Fíjense lo que está pasando con los precios». Sin embargo, tras los anuncios del Ministro de Hacienda, el diputado afirmó que se anunció «la devaluación, el ajuste, lo que significa pérdida de empleo y recesión tanto en el corto como mediano plazo».
Finalmente, Recalde indicó que el levantamiento de las restricciones a la compra-venta de la moneda estadounidense «es el modelo neoliberal que libera todo al deseo del Dios mercado. Es decir que esta libertad se traduce en la esclavitud del movimiento obrero».