Los niños que deja la guerra

Alejados de sus familias, olvidados en las selvas inclementes, llevados de la oreja a una guerra que no conocían. Sobrevivir, matar o morir. Ese fue el escenario de muchos niños colombianos durante los más de 50 años de conflicto entre el gobierno y la guerrilla. 2,5 millones de niños víctimas, según las cifras de la Unidad de Víctimas publicadas en un estudio de la Universidad de La Sabana que muestra los daños que la guerra ha causado a la infancia.
Los niños han sido participes silenciosos de la guerra. Viven con secuelas permanentes de una batalla que no cesa. Señalados por los prejuicios de una sociedad que no perdona. Miles de jóvenes y niños son arrastrados a diario de la selva a la ciudad. Son rescatados de las fauces de la violencia, sin embargo, la ciudad tampoco es benévola. Les esperan días de desafíos: ser incluidos en una sociedad que no olvida ni perdona.

Miles de niños sin niñez

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informó que en los tres primeros meses del 2018 más de mil niños en Siria han muerto o resultado heridos de gravedad a causa del conflicto. Según esta cifra, significa que ha muerto un niño cada hora desde que empezó el año en Siria. Y lo más preocupante es que no parece detenerse.
El panorama no es más amable para los infantes en Siria. No solo deben acarrear con una guerra abominable, también deben huir y dejar atrás a sus familias, su historia y sus raíces. Las secuelas de la guerra nunca se irán de sus cuerpos, ya que no cuentan con servicios de salud pero tampoco abandonarán sus pensamientos. Muchos niños lo único que recuerdan son los aturdidores sonidos de las balas y el olor a sangre caliente.
Finalmente, vale citar que 2,5 millones de niños huyeron del país a causa del conflicto, la mayoría de ellos refugiados en los países vecinos, de los que un 85% vive en situación de pobreza, según el director regional de Unicef para Oriente Medio y el Norte de África, Geert Cappelaere.