Niñez mundial: problema mayor

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó este martes el documento Expectativas para la Infancia 2024: cooperación en un mundo fragmentado, el informe anual sobre el escenario que le espera a niñas, niños y adolescentes en los próximos meses.

Elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), pone el foco sobre diversas problemáticas a tener en cuenta para proteger el desarrollo de los menores de edad y garantizar el futuro de estos.

De esta manera, UNICEF advierte sobre los conflictos armados, el desacelerado crecimiento económico, el egoísmo de las naciones y escasez de atención de los Estados sobre el problema que acarrea la crisis climática, desigualdad en países en desarrollo y falta de agua, la democracia en peligro por la desinformación por parte de los gobiernos y la violencia política.

El primero de los puntos tratados refiere a la «creciente competencia entre las potencias mundiales, amenazando los derechos y la vida de los niños», porque «desvían recursos destinados a la educación, la atención sanitaria y la nutrición».

Al respecto de la economía global, «está socavando años de progreso en cuanto a la reducción de la pobreza infantil, dificultando el acceso de los jóvenes a los mercados laborales mundiales», donde «los precios de los alimentos podrían aumentar y la nutrición infantil podría verse afectada».

Asimismo, «las economías en desarrollo siguen enfrentándose a desigualdades estructurales fiscales. Esto significa que los recursos, las oportunidades y el poder no se distribuyen equitativamente, lo que limita la capacidad de un país para invertir en la infancia». Al referirse a la violencia política, «los niños y jóvenes pueden ser especialmente vulnerables», porque puede desembocar en «interrupción de los servicios públicos, cierre de escuelas» que también genera «descontento con la democracia».

Por otra parte, «las enfermedades transmitidas por mosquitos y la escasez de agua también amenazarán la salud y el bienestar infantil, y conducirán a la inseguridad alimentaria, el aumento del riesgo de pobreza alimentaria infantil y la migración forzada» y, por último, «las posibles repercusiones de las tecnologías no controladas, incluida la Inteligencia Artificial (IA), están reavivando el miedo y la preocupación por el bienestar de los niños», porque «el mundo se enfrenta a la disyuntiva de elegir entre un futuro de fragmentación y división, o uno de colaboración y cooperación, en el que se aprovechen las oportunidades para forjar un mundo más seguro y equitativo para los niños». «Con reformas financieras, responsabilidad política, solidaridad y políticas sociales proactivas, los niños pueden heredar una sociedad inclusiva y resiliente», interpela el informe.