«No hay vuelta atrás»

Este domingo 10 de diciembre, la historia política y democrática de la República Argentina comenzó a escribir un nuevo capítulo. Javier Gerardo Milei es el nuevo presidente de la Nación.

El traspaso de mando fue realizado en el Congreso, sin discurso oficial por parte del flamante mandatario. Donde sí emitió palabras fue ante la multitud de personas que se agruparon sobre la Plaza de los Dos Congresos, con un gesto acorde a parte de la campaña que lo llevó a la Presidencia: de espaldas a los políticos (la «casta»), de frente al «pueblo».

El mensaje de Milei fue de extrema austeridad y ajuste, con índices de inflación elevados y sacrificio en todos los sectores para «salir adelante». «Hoy comienzo una nueva etapa para la Argentina». «No hay vuelta atrás», expresó, «es un punto de quiebre en nuestra historia». «Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros», comenzó, y aseguró que no existe una solución viable si no se ataca el déficit fiscal». «No hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock». «Esto impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes», adelantó, al tiempo que compartió que «habrá estanflación, pero no es muy distinto a lo que pasó en los últimos doce años».

Al respecto de la administración que recibe, detalló que «el kirchnerismo, desde sus inicios, se jactaba de tener superávit gemelo, esto es superávit fiscal y externo, y hoy nos deja déficit gemelo por 17% del Producto Bruto Interno (PBI) y, a su vez, de esos 17 puntos del PBI, 15 corresponden al déficit consolidado entre el Tesoro y el Banco Central (5 y 10, respectivamente), por lo tanto, no existe solución viable en la que se evite atacar al déficit fiscal». «No pueden quedar dudas de que la única posición posible es el ajuste, un ajuste ordenado y que caiga con toda su fuerza sobre el Estado y no sobre el sector privado. Sabemos que será duro».

Sobre la situación actual laboral, Milei manifestó que «no debería sorprender a nadie que los salarios reales se hayan destruido, ubicado en torno a los 300 dólares mensuales, los cuales no solo son 6 veces inferiores a los de la convertibilidad, sino que, de haberse mantenido la tendencia de aquellos años, o como lo decían ellos, el ‘maldito neoliberalismo’, hoy oscilarían entre 3.000 y 3.500 dólares por mes».

Asimismo, al referirse al cepo cambiario, esto es «otra herencia de este gobierno que constituye una pesadilla social y productiva por lo que implica altas tasas de interés, bajo nivel de actividad, escaso nivel de empleo formal y salarios reales miserables que impulsan el aumento de pobres e indigentes». El discurso económico continúo: «La bomba, en términos de deuda, asciende a 100.000 millones de dólares que habrá que sumar a los cerca de 420.000 millones de dólares de deuda ya existentes, y a estos problemas hay que sumarles también los vencimientos de deuda de este año, equivalentes a 90.000 millones de dólares y 25.000 millones de dólares en monedas extranjeras por organismos multilaterales de crédito».

Finalmente, volvió a recalcar la situación económica venidera, porque «el sobrante de dinero en la economía hoy es el doble que había en la previa del ‘Rodrigazo’, y este multiplicó por 6 veces la tasa de inflación, por lo que un evento similar significaría multiplicar la tasa de inflación por 12 veces y, dado que la misma viene a un ritmo del 300%, podríamos pasar a una tasa anual de 3.600%». «Este número, que parece un disparate, implica una inflación del 52% mensual, mientras que hoy viaja ya a un ritmo, de acuerdo a estimaciones privadas, que oscila entre el 20% y el 40% mensual para los meses entre diciembre a febrero», describió. «El gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación y es nuestra máxima prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe que llevaría a la pobreza por encima del 90% y la indigencia por encima del 50%», aunque afirmó su gobierno va a «luchar con uñas y dientes para erradicarla». «Luego del reacomodamiento macro que vamos a impulsar, el cual será menos doloroso cuanto mayor sea la caída de riesgo país y cuanto mejor sea nuestra contención desde el Ministerio de Capital Humano, la situación comenzará a mejorar y habrá luz al final del camino», auguró.

El mandato de Javier Milei acaba de comenzar, todo está por verse.