Hasta hace poco tiempo, las alternativas para lidiar con ese malestar se limitaban a analgésicos de venta libre, lo que llevó a muchas personas a evitar el procedimiento para no enfrentar este padecimiento.
Si bien esta molestia fue y es una queja recurrente, durante mucho tiempo fue ignorada en el ámbito médico. En este sentido, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos comenzó a implementar nuevas medidas para mejorar la gestión del dolor durante el procedimiento.
De este modo, se sugiere a los profesionales de la salud ofrecer anestésicos locales como inyecciones de lidocaína, geles y cremas anestésicas para hacer el proceso más tolerable.
Este enfoque representa un cambio de perspectiva en la atención médica ginecológica, priorizando la experiencia de las personas gestantes. Al ofrecer opciones más adecuadas para el manejo del dolor y a incentivar la elección de un método anticonceptivo que, a pesar de su alta eficacia y seguridad, fue evitado por muchas debido al temor al dolor.