«Primavera árabe» formato 2021

Diez años atrás, el mundo veía con asombro e incertidumbre, pero cierta euforia, las revueltas en algunos países del mundo árabe. Por aquel entonces, en 2011, Túnez dio el puntapié inicial para varios conflictos que le siguieron y que desencadenaron un dominó de derrocamientos y esperanzas para algunas poblaciones de la región. Túnez dejaría atrás una dictadura para reflejar un cambio que muchas sociedades estaban buscando en Medio Oriente y en el norte de África.

El 14 de enero se terminaba la dictadura de Ben Ali y así comenzaba la «primavera árabe» a la que luego le seguirían otros países y que el mundo pudo observar a través de la televisión o por internet, algo que en otras épocas solo llegaba a través de los diarios en papel o la radio tradicional. Y así, al conmemorarse los diez años de la caída del dictador, los jóvenes salieron a las calles para reclamar mejoras en la situación actual tunecina.

No solo fue el recuerdo del derrocamiento y finalización de décadas de decadencia sino que, en estos tiempos, el COVID-19 no escapó de la realidad de Túnez por sus crecientes números de casos positivos y que en estos días llegó a su pico. Para los tunecinos, estas jornadas se tornan difíciles porque, sumado a la cantidad de casos por la pandemia y un numero de muertos elevados para su población, hubo que sumarle que los jóvenes -quienes son los mayores transmisores del virus- salieron a las calles a protestar.

Una de las nuevas medidas del gobierno fueron decretar el toque de queda por 4 días, así los ciudadanos deberán confinarse durante ese tiempo. Una tarea nada sencilla, porque miles de jóvenes invadieron las calles durante el pasado fin de semana con miedo de que un nuevo estallido social se produzca en las calles. Las fuerzas de seguridad reprimieron al conglomerado de jóvenes y realizaron mas de 600 detenciones, según la policía local, en su mayoría jóvenes entre 15 y 25 años de edad.

Según el portavoz del ministerio del Interior, Khaled Hayouni, estos son ataques, «nadie que sale a protestar destruye las propiedades». El portavoz hacía referencia a que los jóvenes no salieron solamente a protestar sino a quemar edificios o vehículos que pasaban cerca de la marcha.

Durante estos últimos 3 o 4 años hubo muchos cambios en los ministerios y pasaron varios ministros debido a las malas administraciones. Lo que se suponía que seria un fin de la dictadura se convirtió en un dolor de cabeza para cualquier partido que deseara gobernar en Túnez que, luego de una década, no encuentra el rumbo a la situación social, económica y ahora de salud.

Mas de 100.000 infectados por COVID-19 y más 5.000 muertes en lo que va de pandemia para un país con una pequeña población, es un número muy elevado, según las autoridades sanitarias locales, para una infraestructura destruida y escasa. Por eso pidieron a su población resguardarse durante 4 días y habrá toque de queda para evitar que el virus siga propagándose.

Luego del fin de la dictadura de Ben Ali, pasó un número importante de políticos por los cargos y en el último periodo se logró conformar un gobierno de tecnócratas que da una luz de esperanza y, al igual que otros países árabes y de la región, se encaminaron con personas que ocupan cargos políticos pero que no son del riñón de la política misma.

Aires de revolución reeditada se sienten nuevamente en Túnez, y los demás países de la región miran de reojo lo que allí sucede. No quieren volver a repetir las secuencias que se vivieron hace diez años. Podemos hacer un repaso de lo que dejaron las revoluciones en países como Libia, Yemen, Egipto y la propia Túnez, todos estos terminaron sumidos en la miseria con interminables cambios de mandatarios y ministros, con muchísima pobreza y algunos con nuevos conflictos armados. Ni hablar de la destrucción de Siria, cuyo resultado a nivel político no fue el mismo, porque su dictador Bashar Al Assad terminó quedándose en el poder aún con más de medio millón de muertos y más de 16 millones de desplazados, de los cuales la mayoría no volvieron a sus hogares.

Revolución o «primavera árabe» la llamaron los medios de comunicación, que luego dio nacimiento al peor grupo extremista de la historia como fue el Estado Islámico (ISIS). En época de pandemia, el mayor deseo es no repetir errores del pasado, las naciones que contribuyeron a desestabilizar países no vuelvan a involucrarse en estas situaciones y que los cambios realmente sean para el bien de sus poblaciones.