Regresó el musical argentino «Lo Quiero Ya»

El ritmo de vida del ciudadano promedio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) o de cualquier gran ciudad del mundo, sabemos que suele ser un poco acelerado. Apuros, frustraciones, desencuentros, fracasos y miedos se entrometen en la cantidad de cosas que tenemos que hacer… y que, muchas veces, ni queremos llevar a cabo.

“Lo Quiero Ya” es un estudio de esta temática en forma de obra de teatro musical. Con libro de Marcelo Caballero y Martin Goldber y música de Juan Pablo Schapira, regresó al Paseo la Plaza el pasado martes 9 de enero.

La obra cuenta con un elenco formado por doce jóvenes artistas cuyos personajes representan a una generación en la que predominan la ansiedad, las dudas existenciales, los cambios y las frustraciones, que, a la vez, presenta el mayor grado de autoconocimiento y reflexión.

Desde una médica residente cansada de las guardias hasta un barista frustrado que tiene aspiraciones artísticas, todos los personajes muestran una nueva faceta de las crisis actuales y, al mismo tiempo, refuerzan la idea de que en los tiempos que vivimos, personas muy diferentes pueden compartir preocupaciones, pensamientos y dudas.

“La máquina de la alegría”, como lo apodan referentes del medio, presenta historias que se entrelazan y da a cada personaje un punto de destaque, incluyendo un momento musical. Las canciones, los solos tanto como los números corales, enfatizan la velocidad y vulnerabilidad de este grupo de personajes y algunas se vuelven muy pegadizas.

Este musical nos invita a reflexionar sobre el ritmo de vida que llevamos y a reflejarnos en alguno de los personajes. El trabajo de puesta en escena es efectivo y el desempeño actoral y vocal es destacable para una obra que demanda mucho de cada uno de sus personajes pero que, a la vez, les da espacio para lucirse.

“Lo Quiero Ya” está en cartelera en la Sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza y se presenta los martes a las 20:30 horas. Las entradas pueden conseguirse por Plateanet.

Artículo elaborado especialmente para puntocero por Bruno Gabriele.