Indignación selectiva global

La organización internacional Human Rights Watch (HRW) emitió este jueves un comunicado en el que alertan sobre la pronunciación selectiva de los Estados acerca de la vulneración de los derechos humanos a nivel mundial.

«Los gobiernos deberían dejar de involucrarse en la diplomacia transaccional y hacer todo lo posible para defender los principios universales de derechos humanos», comienza el documento de la entidad. «El renovado conflicto armado entre el gobierno israelí y Hamás causó un sufrimiento terrible, al igual que los conflictos en Ucrania, Myanmar, Etiopía y el Sahel. El año 2023 fue el más caluroso desde que comenzaron los registros mundiales en 1880 y la avalancha de incendios forestales, sequías y tormentas provocaron estragos en comunidades desde Bangladesh hasta Libia y Canadá. La desigualdad económica aumentó en todo el mundo, al igual que la ira por las decisiones políticas que han arrastrado a tantas personas a la necesidad de luchar por sobrevivir» son algunas de las problemáticas.

Al respecto de la denuncia de HRW, la directora ejecutiva, Tirana Hassan, advirtió que «el sistema internacional del que dependemos para proteger los derechos humanos está amenazado en la medida en que los líderes mundiales cierran los ojos cuando se violan los principios universales de los derechos humanos» y «cada vez que un país pasa por alto estos principios universales y globalmente aceptados, alguien paga un precio, y ese precio, a veces, es la vida de las personas».

Precisamente, «2023 fue un año con fuertes implicancias no solo en términos de represión de los derechos humanos y atrocidades perpetradas en contextos de guerra sino, además, por el ejercicio de la diplomacia transaccional y la indignación selectiva que manifestaron algunos gobiernos, lo cual conllevó costos profundos para los derechos de quienes se encontraban fuera de estos acuerdos», aunque «también hubo destellos de esperanza, que muestran que es posible un camino diferente, e insta a los gobiernos a respetar de manera congruente sus obligaciones en materia de derechos humanos», expresó la referente. «Cuando los gobiernos condenan abiertamente los crímenes de guerra del gobierno israelí contra civiles en Gaza, pero guardan silencio ante los crímenes contra la humanidad del gobierno chino en Xinjiang o exigen un procesamiento internacional por los crímenes de guerra rusos en Ucrania mientras socavan la rendición de cuentas por los abusos estadounidenses en Afganistán, debilitan la creencia en la universalidad de los derechos humanos y la legitimidad de las leyes diseñadas para protegerlos», detalla el texto presentado por la organización. «Muchos gobiernos que condenaron los crímenes de guerra de Hamás se han mostrado reservados a la hora de responder a los cometidos por el gobierno israelí. La renuencia a denunciar los abusos del gobierno israelí se debe a la negativa de Estados Unidos y la mayoría de los países miembros de la Unión Europea a instar al fin del cierre de Gaza, impuesto por el gobierno israelí durante 16 años», amplía.

«A los gobiernos les ha resultado más fácil ignorar los problemas de derechos humanos en el ámbito internacional, en parte porque las violaciones de derechos humanos en sus propios países no han sido cuestionadas por la comunidad internacional», denuncia.

Países con indignación selectiva

La advertencia de HRW incluye a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), porque «el Consejo de Seguridad de la ONU cerró su misión política en Sudán ante la insistencia del gobierno sudanés, poniendo fin a lo poco que quedaba de la capacidad de la ONU en el país para proteger a los civiles e informar públicamente sobre la situación de los derechos. Tampoco ha hecho casi nada para abordar la intransigencia del gobierno sudanés en la cooperación con la Corte Penal Internacional (CPI)».

Además, alerta la posición de Estados Unidos en materia de diplomacia, ya que «el presidente Joe Biden ha mostrado poco interés en responsabilizar a los violadores de los derechos humanos que son clave para su agenda nacional o aquellos en la esfera de influencia de China. Los aliados de Estados Unidos como Arabia Saudita, India y Egipto continúan violando masivamente los derechos de sus ciudadanos».

Europa no está exenta del reclamo internacional: «La Unión Europea (UE) ha eludido sus obligaciones en materia de derechos humanos, devolviendo a solicitantes de asilo y migrantes a otros países o haciendo acuerdos con gobiernos abusivos como Libia y Turquía para mantener fuera a los migrantes», de la misma manera que Asia: «Los gobiernos democráticos de la región de Asia-Pacífico, incluidos Japón, Corea del Sur y Australia, consistentemente relegan los derechos humanos en nombre de garantizar alianzas militares y comerciales. Bajo el primer ministro Narendra Modi, la democracia de India se ha deslizado hacia la autocracia, con las autoridades apuntando a las minorías, endureciendo la represión y desmantelando las instituciones independientes». También advierte que «el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha manipulado los altos niveles de delincuencia para aplicar medidas de seguridad con el fin de hacerse con el poder y consolidarlo.

El caso argentino

En un apartado del 34° Informe Mundial, se describe la situación de nuestro país: «La prolongada crisis económica en Argentina, que provocó altos niveles de inflación y una fuerte devaluación de su moneda en 2023, aumentó la pobreza y afectó la realización de derechos económicos y sociales» y el documento advierte que «el Congreso lleva años sin nombrar un procurador general, un defensor del Pueblo y un magistrado de la Corte Suprema, figuras clave en la protección de los derechos humanos y cuyos nombramientos requieren de una mayoría legislativa de dos tercios. La elevada polarización, que se incrementó durante la campaña presidencial de 2023, contribuyó al estancamiento de la actividad legislativa y al debilitamiento del Estado de derecho».

En relación a la reciente administración de Javier Milei, HRW repasa que este «prometió llevar a cabo severos recortes en el gasto público, puso en duda la existencia del cambio climático, minimizó las violaciones sistemáticas de derechos humanos cometidas durante la última dictadura y criticó la despenalización del aborto».

Además, el documento detalla que, en el mes de junio, «las fuerzas de seguridad de la provincia de Jujuy habrían hecho un uso excesivo de la fuerza contra manifestantes que protestaban en contra de reformas a la constitución provincial» y, posteriormente, «entre los cambios constitucionales propuestos, se destacan disposiciones que criminalizarían los cortes de ruta, en violación de estándares internacionales de derechos humanos sobre libertad de expresión y asociación» y en agosto, «el fotoperiodista Facundo Morales murió después de que la Policía lo inmovilizara contra el suelo durante una manifestación en la Ciudad de Buenos Aires. El Jefe de Gobierno sostuvo que Morales murió de un ataque cardíaco. Organizaciones de derechos humanos señalaron a la Policía de la Ciudad como responsable de su muerte», entre otros temas destacados.

«La diplomacia basada en principios, en la cual los gobiernos asignan un lugar central a sus obligaciones de derechos humanos en las relaciones que mantienen con otros países, puede influir para contrarrestar conductas opresivas y tener un impacto significativo para las personas cuyos derechos estén siendo violados», concluyó Hassan.