Reyes del rugby

Este sábado, Sudáfrica venció 12-11 a Nueva Zelanda en París y se consagró campeón mundial por cuarta vez en su historia, transformándose en el seleccionado más ganador del certamen. Handre Pollard, con su gran patada, aportó todos los puntos del vencedor.

Los grandes objetivos suelen construirse en base a pequeños logros que se van presentando a lo largo del camino. En pocas palabras, los detalles son fundamentales para empezar a proponerse soñar con algo grande. En esos mismos, Sudáfrica edificó este triunfo sobre los All Blacks.

Los Springboks disputaron un primer tiempo inteligente frente a los neozelandeses y aprovecharon la indisciplina rival para sacar una ventaja que resultó ser decisiva. Pollard, con su habitual calidad y calma, no tuvo problemas para acertar a la «H». La presión asfixiante de los sudafricanos fue letal para los «Hombres de Negro», a quienes se les vio incómodos en los primeros 40 minutos con sus reiteradas infracciones.

Las mismas terminaron costando caro para el seleccionado del Pacífico. Mas allá de los puntos en contra, recibieron dos tarjetas. Una amarilla para Shannon Frizell y la otra fue roja para Sam Cane. El capitán neozelandés fue expulsado por un tackle alto sobre Jesse Kriel cuando el reloj acusó 28 minutos de partido.

A pesar de tener un hombre más, los sudafricanos jamás salieron de su plan de juego y no se lanzaron desesperadamente sobre el ingoal contrario. Concentrados en defensa, en no dejar pensar a su adversario y en marcar cuando se pueda. Un detalle letal para el rival.

Así y todo, Richie Mo’unga, a poco de finalizar la etapa, aportó su segundo penal, decretó el 12-6 parcial y sumó un poco de esperanza para su equipo.

Los All Blacks mejoraron mucho en la etapa complementaria, pero chocaron una y otra vez contra la pared contraria. Con mucho orgullo, fueron con la intención de revertir el marcador. Cuando tuvieron penales a favor, decidieron buscar el line para ingresar con su potente maul. No salió. Prefirieron arriesgar antes de sumar, detalle no menor para este tipo de partido.

Cerca de los 20 minutos, Beauden Barret pudo romper la resistencia sudafricana, apoyó el único try del encuentro y dejó a su equipo a solamente un punto de su rival. Pero Mo’unga (¡justo él!) erró la conversión que hubiese significado pasar al frente en el score.

El seleccionado oceánico continuó con su dominio ante un rival que se dedicó a aguantar con inteligencia y también como pudo. Los minutos pasaban al ritmo de la defensa de los tackles de los sudafricanos, que se quedaron con 14 hombres por la amarilla a Chelsin Kolbe a falta de ocho minutos para el cierre.

De esa infracción, un knock on intencional y deliverado, Barret buscó los palos, pero su remate se fue ancho. Los Springboks respiraron una vez más. A esta altura, el encuentro se transformó en una verdadera «batalla de titanes». 30 (en realidad 28) de los mejores jugadores del mundo tenían por delante el objetivo de quedarse con el partido y ser campeones mundiales. Lógicamente, solo hubo lugar para uno y fueron los Springboks.

Sudáfrica festejó su cuarto título mundial con un sabor mas que especial. No solo es el primero en repetir cuatro veces el festejo. El combinado ganador sufrió mucho en la previa con las lesiones, perdió a Malcolm Marx en plena competencia y su lugar fue ocupado por un tal Pollard. El apertura quedó out de la lista oficial, pero el destino lo puso en reemplazo de un compañero y fue determinante para que su equipo se corone campeón mundial.

Formaciones e incidencias

Nueva Zelanda: Ethan De Groot, Codie Taylor, Tyrel Lomax, Brodie Rettalick, Scott Barrett, Shannon Frizell, Sam Cane (capitán), Ardie Savea, Aaron Smith, Richie Mo’unga, Mark Tele’a, Jordie Barrett, Rieko Ioane, Will Jordan, Beauden Barrett.

Sudáfrica: Steven Kitschoff, Mongeni Mbonami, Frans Malherbe, Eben Etzebeth, Franco Mostert, Siya Kolisi (capitán), Pieter-Steph Du Toit, Duane Vermeulen, Faf De Klerk, Handre Pollard, Chelsin Kolbe, Damian De Allende, Jesse Kriel, Kurt-Lee Arendse, Damian Willemse.

Cambios: 3′ Deon Fourie por Mongeni Mbonami (Sudáfrica), 52′ RG Snyman por Franco Mostert (Sudáfrica), 52′ Ox Nche por Steven Kitshoff (Sudáfrica), 58′ Kwagga Smith por Duane Vermeulen (Sudáfrica), 66′ Nepo Laulala por Tyrel Lomax (Nueva Zelanda), 66′ Samisoni Codie Taylor (Nueva Zelanda), 66′ Tamaiti Williams por Ethan de Groot (Nueva Zelanda), 66′ Trevor Nyakane por Frans Malherbe (Sudáfrica), 66′ Finlay Christie por Aaron Smith (Nueva Zelanda), 66′ Willie Le Roux por Damian Williemse (Sudáfrica), 71′ Anton Lienert-Brown por Will Jordan (Nueva Zelanda), 71′ Dalton Papali’i por Brodie Rettalick (Nueva Zelanda), 73′ Jasper Wiese por Siya Kolisi (Sudáfrica), 75′ Damian McKenzie por Richie Mo’unga (Nueva Zelanda).

Conquistas: 3′ penal de Handre Pollard (Sudáfrica), 12′ penal de Handre Pollard (Sudáfrica), 16′ penal de Richie Mo’unga (Nueva Zelanda), 18′ penal de Handre Pollard (Sudáfrica), 33′ penal de Handre Pollard (Sudáfrica), 37′ penal de Richie Mo’unga (Nueva Zelanda), 59′ try de Beauden Barrett (Nueva Zelanda).

Amonestados: 2′ Shannon Frizell (Nueva Zelanda), 45′ Siya Kolisi (Sudáfrica), 72′ Chelsin Kolbe (Sudáfrica).

Expulsado: 28′ Sam Cane (Nueva Zelanda).

Árbitro: Wayne Barnes (Inglaterra). Estadio: Stade de France, Saint Denis.