Otro duro traspié de la selección que dirige Sergio Hernández. Esta vez fue ante España por 81 a 71, último campeón mundial y “bestia negra”.
Con un comienzo furioso en defensa, Argentina dominó el primer cuarto, en el que en los primeros minutos logró una efectividad similar en ataque. De la mano de Nicolás Laprovittola (flamante jugador del Barcelona) con dos triples seguidos y una serie de dobles, el conjunto nacional terminó con 25 puntos en el cuarto. España no tuvo reacción a eso primeros minutos de esfuerzo defensivo de su rival, incluso falló los pocos tiros abiertos de los que tuvo chance para marcar. Argentina dominó el terreno de los rebotes ofensivos, y en la primera mitad terminó con 10 contra 1 solo de España. Sin embargo, esta variable positiva no se transformó en puntos, ya que el equipo nacional solo terminó con una efectividad de 36% después de dos cuartos.
En el segundo parcial, Argentina tan solo marcó 9 puntos, mientras que los españoles levantaron de la mano de Ricky Rubio. El base de Minnesota fue la figura absoluta de la cancha. Marcó el ritmo y concretó en momentos claves cuando los de Hernández podían tener alguna esperanza de remontada, en especial en el tercer cuarto.
España hizo probablemente el peor partido de su historia en los Juegos Olímpicos, y la victoria marca que la superioridad está en el oficio de un equipo que tiene los engranajes bien aceitados. También la baja productividad de Argentina es un síntoma de la derrota, porque marcó 29 puntos menos que en la derrota inicial ante Eslovenia. 25 puntos en el primer cuarto, tan solo 9 en el segundo y apenas 38 en los dos restantes. Facundo Campazzo se fue por límite de faltas, rompió su camiseta antes de salir y se mostró irritado en el banco de suplentes hasta el final del encuentro. Otros jugadores también expresaron su malestar, lo que indica que hay mucho más para trabajar además de los problemas en la cancha.
A la selección le queda un solo juego y será el domingo a la 1:40 am frente al local, Japón (que también perdió los dos encuentros), equipo dirigido por Julio Lamas. Para clasificar a cuartos de final, Argentina debe ganarle primero a Japón, luego poder hacerlo por la mayor diferencia posible para restar los 28 puntos que tiene en su contra. El partido entre Estados Unidos y República Checa, que se jugará el sábado a las 9 horas será clave para las aspiraciones argentinas. La victoria de Francia frente a los checos por 20 puntos es determinante, ya que en el primer partido estos ganaron por una diferencia baja frente a Irán (después de ir ganando por 30 puntos). Si Estados Unidos logra un triunfo por un amplio margen frente a República Checa, Argentina con tan solo ganarle a Japón estaría en la siguiente fase. El domingo se juega una final más en la historia, que todavía escribe Argentina en el básquet olímpico.