Sexo virtual responsable

Este viernes, las declaraciones del infectólogo José Barletta generaron diferentes reacciones tales como sorpresa, disgusto o consenso, por mencionar solo algunas, pero algo es seguro: no pasó desapercibido. Y es que en el contexto de Aislamiento Social Preventivo Obligatorio que atravesamos, en el que se incrementó el uso de aplicaciones de citas virtuales porque muchas parejas están distanciadas y las relaciones ocasionales también se ven dificultadas, las prácticas sexuales resultan un tema más que relevante.

En este sentido, Barletta afirmó: «En este escenario, herramientas que hoy tenemos disponibles como las videollamadas, el sexo virtual, el sexting, pueden ser una buena alternativa». Por su parte, el Gobierno Nacional acompañó y avaló estos dichos.

Además, el infectólogo brindó recomendaciones claras y concretas a la hora de practicar sexo virtual o masturbación: lavado de manos, higienizar y desinfectar teclados, teléfonos, juguetes sexuales y cualquier otro elemento utilizado.

Las declaraciones del experto motivaron que el sexo virtual sea tendencia, estando presente en muchas conversaciones, en redes sociales, programas de televisión y hasta algún noticiero realizó notas a sexólogos versados en el tema. Si bien a algunos les pareció «de mal gusto» o frívolo, dado el momento, también hubo voces (con las que adhiero) que festejaron la apertura mental y el avance cultural que implica que un gobierno incorpore y habilite hablar abiertamente sobre sexo.

Ahora bien, para quienes carecen de experiencia en ello, ¿en qué consiste el sexo virtual? Básicamente, en el envío de mensajes, videos y fotos con contenido sexual a través de un dispositivo tecnológico. Corresponde aclarar que se debe contar con el consentimiento entre partes y con el acuerdo de no difundir dicho contenido, de lo contrario, se incurre en un delito.

El sexo virtual es generalmente practicado por menores de 18 años, debido a que tienen acceso a la tecnología sin supervisión cada vez desde edades más tempranas. Lamentablemente, con frecuencia son el blanco de acosadores y de la difusión de imágenes sin autorización (aunque no son los únicos), lo cual es altamente perjudicial para la autoestima y salud mental de quien resulta damnificado.

En un país donde parte de la sociedad aún se opone a que sus hijos e hijas reciban Educación Sexual Integral, celebro que un gobierno se anime a hablar de sexo con naturalidad, lejos de colocarlo como un tabú, ya que lo mencionado anteriormente -sobretodo la exposición de los más jóvenes- da cuenta de la necesidad de la intervención política y educativa de estas prácticas. Son parte de una realidad que no puede negarse con argumentos vacíos.

Si retomamos la propuesta de Barletta, solo te puedo dar algunas recomendaciones: si no te sentís en confianza no lo hagas, tené presente respetar siempre los acuerdos incluso si no se trata de una relación estable y, por último, dicen que «el saber es poder» (supongo que en este caso también placer), así que informate muy bien sobre la experiencia que quieras realizar.