Mi conocimiento sobre el Maravilloso Mundo de la Moda (bien podríamos llamarlo “MMM”) es realmente pobre, pero con los años voy entendiendo que se basa en marcar continuamente nuevas tendencias con el objetivo de generar un consumo inmediato dirigido a diferentes targets dentro de la sociedad. Bajo esta descripción, nuestra ecología no podría considerarse una moda, nada en ella es rápido ni puede aislarse del entorno, mucho menos dirigir una acción concreta sin afectar al sistema. Pero aún así, más allá de las diferencias conceptuales, la ecología es la nueva moda y confío en que vino para quedarse.
Ya desde los comienzos del Siglo XXI circulan en el mercado todo tipo de “productos ecológicos”, las lamparitas de bajo consumo lideraron durante un largo tiempo y hoy, lo hacen las de led. Las bolsas reutilizables son lo máximo en moda para mujeres urbanas. El reciclado de botellas, tapitas, plásticos de todo tipo y papel (en general) redoblaron la apuesta, ya que hoy significan el sustento de muchas familias en grandes ciudades. ¿Existía entonces una necesidad de mercado o la necesidad era nuestra? Con “nuestra” me refiero a los seres pensantes, aquellos que, dependiendo la edad, Les Luthiers los considera “casi un ser humano” o “seres humanos”.
Hoy existen cursos de todo tipo y color: podemos hacer casas ecológicas, encargar productos ecológicos por internet, instalar huertas orgánicas en el jardín, en el balcón o en el techo de una residencia. La moda hoy circula de la mano de conceptos como sustentabilidad, desarrollo sostenible, buenas prácticas agrícolas, orgánico, etc. Esta moda también se presenta en festivales, shows, cine, arte, ingenio, tecnología y más. Pero no todos los productos son iguales. Cuando se trata de consumo personal, las reglas por ahora no son claras. Puertas adentro, cada familia y persona lleva a cabo sus tareas sin ser visto. La moda hoy es colectiva. Ya no apunta a un target en particular sino a todos los seres humanos.
Esta moda está también plagada de grandes y pequeños parásitos, chantas, que entorpecen el trabajo de otros y lo hacen más difícil. Creo que es el momento de apelar a la buena razón, si es que esta también existe. Nos encontramos transitando un momento de cambio y es necesario recordar que somos partícipes de él. Algunos hablan de un cambio de paradigma, una nueva forma de hacer negocios, de ampliar el mercado. En lo personal, considero la idea excelente pero demasiado “verde” para perder el norte. Existen mercados de productos de cualquier índole: “ecológicos” y/o “sustentables”. ¿Pero es esto verdadero?
Sabemos que hoy en día es lo que vende. No me malinterpretes, muchos estamos agradecidos de que alguien, no se quién y me encantaría conocerlo, puso en boca de todos (de moda) la Ecología. Gracias a eso, hoy se ofrece la opción sustentable a la hora consumir. Existen productos ecológicos en todos los rubros pero, ¿cuántas personas compran ecológicamente? ¿Cuántas personas, cada vez que van al supermercado, compran una bolsa ecológica? ¿Acaso olvidaron la suya? No importa, compramos otra, “son buenas para el ambiente”. Lamentablemente, creo que estamos vivenciando una gran idea, pero necesitamos mejorar la comunicación. A nivel empresarial existen grandes personajes que están ocupándose del tema. De hecho, existen grupos que colaboran, si uno está dispuesto a hacer el cambio, a que las empresas participen de esta moda. A nivel sociedad el mensaje es poco claro. Sería interesante comenzar a pensar cómo me gustaría que actúen todos los demás y actuar yo de esa manera.
Las pautas están cambiando. Algún genio creativo vio la oportunidad y la tomó. Incluyó en el sistema a muchos que se sentían fuera (como quien escribe), alguien que jamás pensó estar al último grito de la moda. Seamos responsables, seamos conscientes de lo que elegimos. Tomémonos el tiempo de averiguar qué es lo que estamos consumiendo. Elijamos. Desde este lado confiamos en que la elección va a ser buena. El tiempo corre, es verdad, por suerte alguien ya pensó en eso y hoy existen las empresas y ONG que certifican las buenas prácticas, ahorrándonos el tiempo de hacer grandes averiguaciones. Conozcámoslas, interesémonos y seamos parte del cambio.
Artículo elaborado especialmente para .cero por la Licenciada en Ciencias Biológicas María Cecilia Dalton.
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