Todo sobre sucesiones

En momentos difíciles, es crucial comprender los aspectos legales que rodean la pérdida de un ser querido.

Cuando fallece una persona y deja propiedades se inicia un proceso legal ante la Justicia para transferir esos bienes a los herederos. Este procedimiento se llama sucesión y ocurre al momento de la muerte.

La herencia abarca todos los bienes, derechos y obligaciones de la persona fallecida, conocida como “causante”. Esto incluye bienes materiales tanto como créditos y deudas. Los herederos asumen la responsabilidad de las deudas con los bienes que reciben.

Es importante destacar que la sucesión puede abrirse con o sin testamento. La sucesión testamentaria ocurre cuando el causante deja un testamento, mientras que la sucesión por la ley, conocida también como sucesión ab intestato, se activa cuando no lo hay, aplicándose las reglas del Código Civil y Comercial para distribuir el patrimonio. La sucesión se abre respecto al patrimonio del causante (la persona fallecida) e incluye todos sus bienes y deudas.

Por otra parte, un legatario es alguien que recibe bienes específicos del patrimonio del causante por decisión de este último, la cual se expresa en el testamento. Los herederos son aquellos a quienes se transmite total o parcialmente el patrimonio del causante independientemente de que haya testamento o no. Pueden ser los hijos, los padres, el o la cónyuge, los hermanos, tíos o primos. La ley establece un orden en el que los familiares más cercanos excluyen a los más lejanos.

Además, los convivientes no están incluidos entre los herederos, la ley únicamente reconoce a quienes se hayan casado. Quienes sí heredan son los hijos nacidos después de la muerte del padre, siempre que la concepción haya ocurrido antes del fallecimiento del padre. Esto se aplica también a bebés concebidos mediante técnicas de reproducción asistida.

Asimismo, un heredero puede ser excluido de la herencia mediante una demanda que se inicia después de la apertura de la sucesión y no recibir bienes del causante, pasando a ser llamado “indigno”. Para ello, deben haber cometido delitos graves contra el causante, maltratado al fallecido o influido en su voluntad para modificar el testamento.

Para iniciar un proceso sucesorio, que se tramita con el patrocinio de un abogado, se debe contar con toda la documentación que demuestre el vínculo de los herederos con el causante y los títulos de los bienes que se incluyan. En momentos difíciles, es fundamental contar con el acompañamiento necesario para proteger los derechos de la familia. Por eso es importante recibir información y asesoramiento legal, buscando la ayuda de un profesional.

Artículo elaborado especialmente para puntocero por la doctora Verónica Flor.