Uruguay experimenta con marihuana

En diciembre del año pasado Uruguay se convirtió en el primer país que sancionó una ley que permitía el cultivo y consumo de marihuana. Tras la aprobación de la norma a nivel legislativo, faltaba la reglamentación por parte del Poder Ejecutivo a cargo de José Mujica. Ahora la ley se encuentra completamente en vigencia.
El viernes pasado el Presidente uruguayo había manifestado el derecho de Uruguay a experimentar con el mercado de marihuana y de las drogas. Al respecto, Mujica señaló: «Quiero rescatar el derecho a experimentar que hay en una sociedad. Si no existiera, estaríamos condenados a la parálisis y a la foto: nunca cambiaría nada. No hay otra forma de poder avanzar. La vida institucional de una sociedad es un experimento permanente. Y no hay que asustarse. No es que uno agarre a la sociedad como un conejillo de Indias y se ponga a hacer salvajadas. Es que la búsqueda de soluciones para problemas difíciles a veces nos lleva a ensayar otros caminos», manifestó el mandatario.
La ley en sentido práctico
La reglamentación de la ley fija que el Estado uruguayo podrá vender cinco clases diferentes de marihuana con un máximo de un 15% de THC (tetrahidrocarbocannabinol), que es el ingrediente psicoactivo. Tras la puesta en vigencia de la ley se deberán otorgar licencias para que se destinen hasta dos hectáreas para cultivo en invernaderos. Estos terrenos se localizarán en predios de las Fuerzas Armadas y estarán vigilados por policía y fuerzas de seguridad privada. En lo que respecta a la publicidad, existen las mismas limitaciones que Uruguay tiene para los cigarrillos: totalmente prohibida, así como tampoco se permite fumar en lugares cerrados.
La marihuana se comercializará a través una red de 18 farmacias y los residentes legales en Uruguay podrán adquirir hasta 19 gramos semanales o 40 por mes. El costo se calcula en 10 centavos de dólar por gramo. Las farmacias se quedarán con un 30 por ciento. Parte de estos fondos se utilizarán en campañas de difusión sobre las consecuencias e implicancias del consumo de drogas. Para hacer frente a la demanda, se estima que será necesario cultivar entre 18 y 22 toneladas anuales de marihuana.
Desde el lado impositivo, la marihuana estará eximida del Imesi (Impuesto Específico Interno) y también se eximirá a los productores del Impuesto a la Enajenación de Bienes Agropecuarios (Imeba). La única imposición que se tributará es el IVA a los productos agropecuarios en su estado natural, también llamado IVA en suspenso. Expertos tributaristas orientales sostienen que esta reglamentación de la ley configura un «régimen tributario favorable para la marihuana».
Quienes quieran consumir también podrán optar por tener sus propias plantas: hasta seis por grupo familiar o una cosecha al año de 480 gramos o asociarse a un club cannábico. Estos podrán tener entre 15 y 45 socios y 99 plantas en total. Sin embargo, no será posible utilizar los tres canales para abastecerse. Es decir, se podrá adquirir en farmacias, tener cultivo propio o ser miembro de un club pero no dos o tres de las opciones de manera simultánea.
El reglamento establece que el Estado venderá cinco tipos diferentes de marihuana que tendrán un máximo de 15% de THC, la sustancia que le da el poder psicoactivo. Para poder comprar habrá que ser mayor de 18 años, estar anotado en los registros de compradores y tener residencia en Uruguay, este requisito es para impedir el denominado turismo cannábico.
La identificación en las farmacias se hará con un sistema informático que reconocerá a la persona por sus huellas dactilares. De esta forma, será anónimo para el farmacéutico pero el gobierno conocerá sus datos.
La defensa de Mujica
El mandatario uruguayo sostuvo, tras reglamentar la ley, que no habrá un culto a la fumata. En tal sentido, dijo que «no hay ninguna solución imaginaria que se venda en botella o en cigarro. Eso es un escapismo. Y en la vida hay muchas cosas por las cuales vale la pena tener una aventura, pero no aventuras imaginarias que esclavizan la vida», añadió. «Esta es una prédica que hay que tener con los jóvenes y que tiene que ser constante, pero en un tono de entendimiento, de abuelo y no de milico represivo».
El Jefe de Estado oriental calificó a quienes se oponen a la liberalización de la marihuana como dogmáticos o sectarios «que se niegan a cualquier cambio, pueden estar en contra de la honradez de la palabra experimento. Vivir es experimentar, buscar soluciones que a veces sirven y a veces no. ¿Por qué resulta que ahora reconocemos el matrimonio igualitario y antes no? ¿Cuándo experimentamos: ayer u hoy? ¿Por qué cambiamos? ¿Y la esclavitud cómo se fue del mundo? Toda la vida ha sido eso. Ahora, los remachados retrógrados que no quieren cambios para nada, seguro se van a asustar. Yo reivindico la palabra experimento».
Uruguay sigue adelante con su proyecto con la marihuana, veremos hasta dónde llega.